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MELANCÓLICOS 25 : NOSTALGIA


 

MELANCÓLICOS 25 :  NOSTALGIA


Cayendo la tarde 

sobre el estanque dorado, 

volviendo a ver las mismas tinieblas, 

luces apagadas en un mundo claro, 

donde los rayos se mezclaban con los ávidos truenos.


Me bamboleas como una sierpe rosácea, 

un avatar abandonado es tu existencia;

unos niños jugando a la nostalgia, un paredón abandonado

donde jugamos a nuestros juegos de laberintos vidriados

exhalados por la bruma y el viento.


Eres el beso que penetra en mi interior devorándome,

quemándome como Nerón quemó Roma, soy las ondas 

del agua cuando navegas sobre ellas, abrumador acto

torpemente compartido por la alborada de la nostalgia.


Humanidad en penumbra, solsticio de primavera,

arrullo de palomas penetrando en mi torrente rojo

de células muertas, esperando el despertar de la mojada

tarde como cristales impenetrables de la mirada.


Sueños de metal enmascarados de vino no bebido,

amores de arquitectos fallecidos en el valle 

de la dicha, acuarela resplandeciente del momento;

historia de ayer, tren sin pasajeros, sueños de libros

infinitos sobre papiros egipcios, el universo resurgiendo.


Otoño cayendo, hojas volando provocando

sombras entre nubes en el cielo, 

noche de júbilo, mañana adversa, recuerdos indolentes

que se derraman en mi casa.





 

MELANCÓLICOS 24 : LA NIÑEZ


MELANCÓLICOS 24 : LA NIÑEZ 


Niñez de porcelana, siempre envuelto

en hojas finas de canela vagando por el río,

¡Padre! no te apenes que ya está llegando el alba

y llegaremos a ver el fluir del río, el retozo del campo.


Sonidos de agua clara, chapoteos de arena fina

noche de bandoleros, noche oscura, 

¿Está triste la luna? quiere velarme con su mantilla

su risa de brisa fresca me acaricia, y su manantial me sacia.


¿Dónde estás madre? ven a buscarme

que en la oscuridad, aterido estoy

quiero tu calor de rayo vagabundo, tu alma serena

tu frente altiva como la azucena.


Quiero sentirme hombre, ser roca dura

amanecer en la campiña, bosque que ni existe

ni trina melodías, ser agua que sacie tu sed,

tu alegría, manojo de amapolas sedientas

de compañía.


Desnudo mi alma en las esquinas,

en los escalones de la solitaria plaza,

siembro palabras en los oídos de los corazones

que conmigo compartieron el cielo, la oquedad del frío,

el despertar de la noche.


Soy sueño, araña en el suelo

paloma en los tejados, devoro tu corazón

padre, y tu madre, risa ancha como el mar

navegando en este valle de bondad infinita.


Otras veces quise ser mariposa

posarme en los pétalos de tu amor, padre,

volar contigo por lomas de ensueño, cultivar

el sol, para no ser lamento.


De mis ruinas me levanto, deseo ser

vuestra felicidad, penetrar en vuestros adentros,

ser vuestra verdad, vuestro sueño

ser vuestro todo, vuestro todo y nada más.


 


AMOR 52 : ACOMPAÑÁNDOTE






 



AMOR 52 : ACOMPAÑÁNDOTE


Quien pudiera acompañarte

con ojos de enamorado mirarte

esos ojos brillantes 

como luceros escondidos

que iluminan las esquinas.

de mi oscuro corazón. 


Pasear por el riachuelo, contemplar 

como los árboles te miran 

como paseas

elevando tu estilizada figura


Pasear, abrazarte, estrujarte 

sacar tu zumo, ser tu delirio

presionarte 

dulcemente y sacar tu ácido elemento.


Por no haber comido elementos dulces

aguacates, mangos, viandas 

que te endulcen, no amargues

los condimentos de este delicioso almuerzo.


Quiero verte sin arreglar

con tu cara lavada con agua clara

así guardas tu belleza 

y me haces feliz al natural


Tu amor y el mío

hogueras encendidas,

bajo la lluvia. 


Repta mi lengua en tu cuerpo

serpiente se vuelve

humedeciendo tu infierno

se escurre explorando


Baña mi saliva tus aristas

suave se mece en mi boca

tu cúspide en alto

tus ganas explotan 


Estalla un volcán lácteo

entre mis labios

y un triángulo en flor

en mi bosque se anega


MELANCÓLICOS 23 : QUISIERA ABRIR MIS VENAS


 


MELANCÓLICOS  23  : QUISIERA ABRIR MIS VENAS


Quise abrir mis venas 

bajo el almendro florido

de aquella primavera escondida, 

en el silencio de la tarde,

fuera del ruido urbano 

que perturba mi calma, asesinada

por el estrés de las finas hierbas, 

asfalto quemado.


Yo te ignoraba como los suspiros 

que arrastra el viento,

peregrinar constante de sentimientos, 

yemas de vides, polen de amapolas, máscara de farolas, 

alienando mis carencias impolutas, ríos de nardos 

agarrados a tu cintura.


Yo quise borrarte 

de mis noches sin estrellas, 

de los días que fluyendo dejaban correr 

el tiempo tras mi estela sedienta;

no era nada en esta vida, 

una simiente cautiva de laberintos

de calles enmohecidas, reguera de hormigas 

sin destino, con prisa.


Ayer descubrí, maldades inocentes, 

espadas malignas, vidas ocultas

encerradas en este paraíso 

de jaulas fabricado, hierba de hormigón

agujereada por arañas y ratas, envileciendo

mi alma errante de algarrobos muertos,

en la prisión esclava de mi mente.


Quisiera salir, despertar de este vivir sin vivir,

de este encantamiento de la evolución interestelar

surcando paraísos desarraigados, volviendo a la

campiña, a contemplar la primavera de nuevo.







MELANCÓLICOS 22: MUERTE DEL ALMA


 


MELANCÓLICOS 22:  MUERTE DEL ALMA 


Viento de las olas profundas del universo,

sonoridad silenciosa sobre meteoritos

de nostalgia cabalgando 

hacia la ignominia.


Profeta de alas blancas 

circundando su cara, 

cabellera de aura triste envilecida, 

con frente pálida de mortis reciente.


Sueños cercanos a lo imposible

ascendiendo cómo cometas 

a una nave donde habita el tormento 

y el suplicio de los lamentos,

morbidez de la vida


Todo el polvo del universo 

condensado en mi corazón 

Resplandores de otras vidas 

como arcos de penuria llegaban hasta mí


Rayo viril, luz fosforescente 

fulminando mis tentaciones lascivas, 

encubriendo la maldad perversa 

de esta etapa onírica 

de la tragedia griega de mi vida 


Los nenúfares de la maldad 

acechando el frenesí sórdido 

de la muerte cabalgando 

por estelas celestiales 

se acercan a mi.


Una explosión de estrella interestelar 

convulsiona mi ser

destruyéndolo convirtiéndolo 

en átomos imperecederos.


Allí:


Más alta de las nubes 

y las constelaciones, mi alma descansa 

en tinieblas permanentes,

entre humedales y escarchas.


MELANCÓLICOS 21 : RETÉN MI AMOR




 


MELANCÓLICOS 21 : RETÉN MI AMOR


Vida trémula, retén mi amor

en tus oscuridades, renglones torcidos,

palabras frustradas de amnesia,

pasajero de la noche fría, envuelto 

en tinieblas, nieblas emergiendo

del cauce de tu vida.


Jardín encolerizado, entristecida rosa

con lengua bípeda de nostalgia deshonrosa,

penitencia de mis días dolorosos, atajo de mi fuego

que en ti arde, como arden los cielos, con la cólera

de los soles, crepúsculos hiriendo como dardos,

la flor que derrite mi vanidad.


Los montes de tu vientre, me enternecen;

ando en continua agonía como tu valle 

inundado de lágrimas saladas, estridencia

alucinógena de mis sueños de locura.


Soy la brasa que enciende tu mente

los sentimientos frustrados vislumbrando

bosques de encinas o tréboles como decía

la gran Dickinson.


Soy tu vasallo, a tus pies me rindo;

¡oh hermosa luna!, acaricia mi pluma

quiero navegar por tu cuerpo de metáforas,

por tus miradas de horizonte, por el infierno 

de tus besos, quemantes, hechiceros.


Eres mi vino en las tardes cálidas

vino añejo desperdiciado, halo de aliento

no olido, pasión no consumada, espacio

escondido en tu firmamento.


Quiero beber de ese licor, de ese lamento,

acongojarme despierto, que mueras por mí, violeta;

alma y muerte, amor y sexo, en la inmundicia

de este mundo violento.


Ser tu pecado y tú mi hoguera

ser la cólera de Dios, y tú el diablo con tridente

una vela apagada en la oquedad de la vida,

una oscuridad hiriendo mis pupilas.


Llévame a otra vida, donde el fuego 

sea la dicha, y la honradez el pecado,

navegue en mis lágrimas, no ves, estoy muriendo

en esta penuria de veneno que mi noche acaricia.