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AMOR 72 : ESA MUJER QUE ME CAUTIVA


 

AMOR 72  : ESA MUJER QUE ME CAUTIVA


Esa mujer que me cautiva

no es princesa ni reina,

ni lleva vestidos de seda

ni se lava la cara en lagos

que reflejen su belleza.


Esa mujer me tiene prisionero

soy carne de sus deseos

me da vida con sus poesías.


Soy su escarpia

ella mi musa de la fuente,

del vergel de la alegría,

chasquido del fuego, luna o princesa

¡qué más da!.


Esa mujer de corazón caliente,

fácil hila las letras, es mi profesora particular;

yo la inspiro con mis escritos

ella, con mi técnica poética.


¿Poeta? qué craso error

acaso sé que las olas hablan con las sirenas

que las estrellas son el camino del navegante

y la aurora un chispazo de la tierra.


¿Mis letras? valles zigzagueantes,

olivos como monstruos, lloran los almendros,

el fuego se eterniza en un brasero

para calentarnos de la fría noche

contando nuestros recuerdos.


¿Mi corazón? destrozado está

por este trasiego que me embauca,

me hace mirar al universo, al monte,

al inmenso mar y su muro de espumas

que me quita el aliento.


¿El amor? un torbellino de sentimientos

ascensores que suben y bajan por tu vientre

montañas con picos de fresa y nata

mares inexplorados por los piratas

secreciones y más secreciones

que turban el pensar y alegran la cabeza.


Remolino de hojas muertas

venid a mí, llevadme en volandas

a ese lugar desconocido, que me roba el corazón

con tanta sutileza, como usa mis letras.


GENERALES 12 : ERES LUNA MADRE


 


GENERALES 12 : ERES LUNA MADRE


Eres luna madre, un círculo pálido 

bajo la luz de las estrellas, 

mis anhelos primaverales 

cuando el sol no calienta .


Eres mis labios, tu sabor a mango, 

una dulce bocanada de aire fresco 

penetró en mi aliento,

y te convertiste en mi sueño, 

de olas brillantes como el lucero.


Eres mi fulgor, mi árbol florido,

el musgo te envuelve el tronco, 

y entonces me vuelvo frío 

que corta la savia de tu tronco henchido 

de amores que exhalan pétalos 

de felicidad de alma.


Tú, almendro exhausto, 

eres quien me cobija del sol 

abriendo mis ilusiones 

hacia las guirnaldas 

de tu amor, blancas como la nieve,

puras como el canto del ruiseñor.


Tú, pesar de mis ojos, 

eres transparencia limpia, 

lunares en mi espalda, 

mi sangre en una mañana que nunca acaba, 

un dolor encajado en mi alma.


Eres jilguero y cuervo,

noche y mañana,

desaparecida con el viento,

una brisa robó tu alma,

y se llevó tu aliento,

una madrugada antes que el pájaro canta .