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PASEAR POR TU CUERPO

 





PASEAR POR TU CUERPO


Quiero amenizar las tardes

componiendo poesía, sabiendo

que podré disfrutar 

de tu grata compañía.


La musa de la inspiración

viene cabizbaja por la vereda;

mi niña se ha quedado sin su poeta,

sin su primavera.


Los albores de la noche 

cuando las luces hablan

las estufas calientan la morada,

son momentos de calma

dónde ebulle la sustancia 

que habla al alma.


Mi cabeza empieza a producir

bellos versos, como el músico 

cuando le da vida a su violín

su partitura de blancas, redondas 

y corcheas empieza a sentir


Así quiero sentir en este poema

y regalarte hermosas letras.


Quiero navegar contigo

por arrecifes de coral 

sentir que te llevo dentro de mi pensar,

mi sentimiento enjaulado está

no fija sus pupilas en nadie más


Quiero pasear por tus montañas,

tus valles, tus botones de fresa 

 tu vientre, balanceo de olas


Besarte, beber tus jugos

hacer explotar tu volcán


Navegar por cuevas inexploradas 

sentir tus susurros, tus quejidos


Tus más profundos sentimientos 

presenciar  un Vals, un tango 

o un oasis en el desierto 

de tu sediento cuerpo.

 

Quiero dejarlo extenuado 

de amor y de placer

como un solo sentimiento.


MELANCÓLICOS

MI NENA EN PRIMAVERA


 

MI NENA EN PRIMAVERA


En la primavera, la libido

sube la ladera, ayudada 

por el viento y toca la ventana

de mi adorable nena.


Por eso, ella


Se engalana, como una iglesia

para recibir a los novios, 

se viste de seda, galante

como si se tratase de una estrella


Sale a la puerta, camina por la calle

solitaria, como una era cuando no hay ciega

esbelta, como el álamo de la ribera

radiante como una perla.


Las ventanas sigilosas se entreabren

los ojos vigilan como las luciérnagas por la noche

mi nena se bambolea como abanicos en la feria

causando admiración entre los hombres 

cuando cruza la alameda.


Pero es mi nena la que me come a besos

como se come las fresas en primavera;

la que me acaricia como acaricia el aire 

sus cabellos de fina seda.


La que acelera la circulación

de mi cuerpo, como se acelera la mar 

cuando viene la marea.


La que conquista mi corazón, sin peleas

sin desafíos, con besos de tuerca

abrazos de gigante y susurros

como las flores susurran

a la primavera.


Sonríe conmigo en los bares

y el resto del mundo nos mira

con ella nunca se acaba el día

y cuando llega la noche


¡Ay! cuando llega la noche

la luna se encela

de vernos tan acaramelados

tan juntos como el trigo en los trigales

O los juncos en los humedales.


Las lágrimas de felicidad

corren a raudales por los secos pastos

no existe el miedo, ni el silencio

porque nuestro amor es tan fuerte

como los Andes.


Cuando descansamos sobre la almohada

los luceros te cantan, cantos celestiales

que se confunden con tus quejidos

del amor que envuelve

tu corazón arrítmico.