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AMOR 30: A VECES


 


AMOR 30: A VECES


A veces me siento viento

otras ni siquiera soy lamento,

escurriendo mis pensamientos

en este valle de frescura hiriente

camino al atardecer 

cuando ya no hay duendes

solo encinas amargadas de no tener clientes.


A veces soy sol y otras sombra

me apego a las paredes blancas

ellas me hablan de mi pasado

de mi humor blanquecino

de mis miedos a lo absurdo

de mi condición de fragancia

en este columpio donde voy de un lado a otro.


soy tejado, espanto al sol

o soy flor y me arrulla la mariposa

en fin, algo delicado debe haber

cuando en mi pernoctan los canarios


Quiero ser estrella, volar por el firmamento

adentrarme en sus adentros como un torbellino

o un remolino en las aguas de un desierto.

quiero ver a las galaxias abrazadas

ver su fuego rojo, o quizás

¿por qué, no? ver sus lamentos.


Quiero ser cometa , circular por el universo

como las aves en las montañas o el caimán

en su encierro;

quiero ser oro en tu pecho

diamante en tu boca

incienso en el aire que te mece el alma


corazón para moverte 

a un lugar en el infinito

donde no haya secretos, 

sólo un amor celestial 

envuelto en susurros y gemidos

de los que salen de dentro, corazón mío.


AMOR 29: EL TIEMPO PARAS



AMOR 29: EL TIEMPO PARAS


Otoño de amor, desgajadas hojas

de tu tronco y tus álgidas ramas;

dormitando estás, en aquella lúgubre

habitación donde los alargados rayos 

del sol, entran para calentar tu alma.


Tú que calmas las tempestades

con el aliento de tu mirada, me subyugas

como ave en calma, me estremeces

como los truenos en la lontananza.


Eres libertad y prisión, mar en calma

gran oleaje, velas en desbandada, burbuja que explota

en mí, como una pompa, como un repicar

de campanas en las tardes ociosas de piedra dura,

de decrépito por la tardanza en tu andadura.


¡Oh, amor! que el tiempo paras,

cuando sobre mi cabalgas como amazona 

en celo. Mis venas azules se transforman en rojas,

levitando tu cuerpo sobre el mío, como la hiedra levita 

trepando al tejado.


La tormentas se detienen, las olas ya no brillan,

le has robado tú, el resplandor con tu mirada;

la habitación no necesita llama, con tu fulgor 

basta, eres el volcán que sacia mi desesperanza


Un arrebato de amor, un cielo centelleante,

una mordida quemante, un iceberg trashumante;

lo has derretido con el fuego que emana

tus pulsaciones crepitantes.


Me unges la piel con cremas afrodisiacas,

devaneo en la cañada húmeda de tu cuerpo,

estación que me detiene como tú, 

detienes el tiempo





 

AMOR 28: CUERPO DE ÁRBOL


 


AMOR 28: CUERPO DE ÁRBOL 


Oh, mujer que tienes cuerpo de árbol, 

tus ramas se abren esparciendo tu belleza, 

tus ojos, lunares 

en tu vestido de terciopelo.


El sol te acaricia llevando perfumes 

de hierba fresca, frío el monte helado, 

escarcha del manantial de al lado.


Soy pájaro y pico tu hoja, revoloteo 

por tus ramas y te cobijo en mis alas.


Árbol que bramas al silencio

escarcha tienes en el cabello 

y tu triángulo regado por el cielo 

parece un postre en forma de corazón

Verde esperanza, cómo eres tú, 

esperanza de mi vida.


Ramas estremecidas, 

voluntad marchita del viento, 

humedecidas de la bondad de las nubes 

te precipitas y das bandazos 

como los coches en las autopistas.


Oh, mi árbol bendito, las liras 

te tocan bellas melodías, 

las hormigas de mi vida te recorren, 

conocen tus debilidades, tus entresijos,


Entonces las rocas te cantan, 

las praderas silban, los pájaros 

te saludan con trinos de arpas

y los cielos brincan de alegría.


Oh mujer suntuosa que por tus brotes 

se escapa la vida y por tus heridas 

la savia de la armonía,

del amor, de las cosas tiernas 

del alma, esas que ni se pagan 

ni tienen nombre.


Son amores eternos, simplemente.




GENERALES 26 : ENTRE EL FUEGO Y EL CIELO


 


GENERALES 26 : ENTRE EL FUEGO Y EL CIELO


Entre el fuego y el cielo

habitan las reflexiones, 

amanecer florido de respuestas,

suelos yermos de la existencia, pasión de fuego.


Ven fuego eterno, penetrando mi pecho, 

divinidad de lo siniestro, haz florecer en mi, 

la rosa de los vientos 

grabada con esquirlas de oro.


Tu voz, lenguas que fluyen y acarician

como tentáculos con aroma a trigo, 

me pinta las mejillas de carmines

y mis venas dilatan con el calor de tu cuerpo.


Oyendo tu palabra me estremezco

pues llegas como poderoso deseo

palpitando sobre las nubes de terciopelo

de mi cansado esqueleto, ávido de voces

susurrantes, de estelas del universo.


Tú, fuego eterno, acaricias mis sensibilidades

sin tocarme, estremeces mi sustancia gris

calentándola de melancolía pasajera;

llegando sin dilación hasta mi boca silenciosa,

desbocando mi carreta de ensueño celestial,

lamento.


Eres artificio, dame tu cálida bienvenida

a esa sensación líquida y densa

que me  perturba en la noche y me compensa

en la mañana sedienta.