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MELANCÓLICOS 43 : TU MIRADA


 

MELANCÓLICOS 43 : TU MIRADA


Tu mirada quisiera ver orquestas musitando,

melodías adorando a tu alma inquieta, los días

con sol, bailando al anochecer la luna;

lágrimas sustituidas por sonrisas.


Tu mirada sigue escondida  caminando

por recovecos de ceguera, 

¿no la sientes?, 

la venda tapa el fascinante mundo que te rodea.


Los jardines son trastos en el tejado,

la buhardilla, la puesta de sol…

son espantapájaros cuando los comparo

con tus ojos.


Quiero que en tus ojos se refleje mi anhelo,

el deseo de ser uno en el paraíso de tu cielo,

encontrar el consuelo, un brillo de estrella

en mis noches de celo, el amor que nos une 

en el oasis de nuestro deseo.


En tu mirada percibo un mundo entero,

un universo de ternura y pasión cuando te sueño,

en cada brillo y en cada destello

se esconde el fuego de mi corazón

envuelto en el halo de tu cuerpo.


¿Lo ves cariño mío?

tu mirada es mi refugio de luz,

un faro que guía mi camino tortuoso,

en ella encuentro paz y quietud,

un oasis en medio del desatino.


Tu mirada, maravilla de mi vida,

alegría de mi pasión, vuelve a mí

como torbellino de algas, mariposas 

sin coleccionistas, o como alegato

al cielo.


Que nunca se apague ese fulgor, 

el resplandor de tu aura en mis venas

siempre iluminando nuestra senda,

porque en tu mirada encuentro amor,

la razón que mi alma enciende.


AMOR 69 : VIENDO LA LLAMA DE TU CUERPO


 

AMOR 69  : VIENDO LA LLAMA DE TU CUERPO


Viendo la llama de tu cuerpo

entre las sábanas, 

tu palpitar sereno, 

soy vagón de tren circulando 

por el vergel de tu semillero.


Paraíso soterrado, 

abandonado de la hedonia, 

tal vez desecho de la apatía, 

mustio, agonizante 

como un cervatillo herido.


Reclamo mi parte del pastel, 

endulzando tu carácter, 

con almíbar y mermelada de miel 

como las rosas que florecen encima de tu vientre. 


Mujer triste, inquieta , 

con aire insigne, quizás, como el rayo 

debes retar a tu naturaleza, 

clamando al cielo que dejes de ser pureza 

y te conviertas en fuego.


Fuego, ascua, ceniza, crepitar de huesos, 

manos alargadas, sabuesos dentro, 

soy cobra que besa con lengua viperina 

bordeando las cimas de tu valle fecundo.


Mujer, conmuévete, 

que tu sangre fluya 

como acequia con motor potente, 

bombeando tú débil cuerpo de manzana tierna, 

cielos rosa se abrirán, 

componiendo un lienzo de estallidos de fresa.


Anacoreta de la vida soy, 

quiero sembrar mi simiente en tu jardín, 

capullo de rosas abierto 

será el manjar de tus deseos, 

falacia de tu perdición,

perdición de tus sueños en los míos,

en un mar de tranquilidad y sosiego.