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AMOR 17: SI ME MIRAS


 



AMOR 17: SI ME MIRAS


Con una sonrisa me basta 

para subir al cielo de tu cuerpo, 

removiendo las estructuras, 

gozando tus fragancias y resucitando 

en un campo de hierbas rojizas , 

cómo tengo el corazón, 

del amor que te profeso.


Si me miras te amaría 

como se aman las luces brillantes, parpadeando, 

en una noche estrellada, 

donde tú y yo fuésemos 

la réplica, del amor en la tierra, 

de los luceros en el cielo.


Si te miro caminar 

como andan los cometas 

en el cielo, con esa brillantez 

que hace espeluznar mi cuerpo, 

explosiono como los meteoritos 

cuando entran en contacto con la atmósfera 

de tu cuerpo, una palabra tuya 

derrite mis sentimientos.


Si te tengo, me muero,

Si no te tengo ni respiro,

estoy yerto en el humedal

donde nos veíamos a escondidas, 

con los limoneros de testigos 

de nuestro amor secreto.


Cuando te poseo las estrellas sonriendo

van a tu pelo, lo hacen brillar, 

como el trigo cuando el sol lo calienta.


Los lagartos bailan 

sobre tu vientre la danza del fuego,

Las serpientes resbalan 

sobre tu sensible cuerpo, deslizándose 

como en el hielo,

Las termitas de mi corazón 

penetran en ti, y somos la felicidad del universo. 





AMOR 15 : MUJER BENDITA


 


AMOR 15 : MUJER BENDITA


Cada día que pasa eres más bendita, 

pasiflora que me envuelves 

en tu manto de amor

en la cañada del alma, 

donde cantan los ruiseñores 

a mi amada.


Esa amada que siempre siembra 

mi dicha con agua bendita 

que surge de su interior 

como si fuese viento fresco de levante.


Eres flor de mis días, 

dicha de mis penas, 

consuelo de mi alegría, 

vagas por los arenales de la vida 

construyendo casas de mirto 

en el bosque de mi corazón 

que parece un surtidor de agua 

que riega tus pozos, los alimenta, 

como los acuíferos subterráneos 

alimentan a los pantanos.


Eres una acacia 

en un monte perdida, 

yo te busco corazón de nieve, 

aire que hincha mis pulmones, 

te busco y te encuentro hablando con la mañana, 

qué esplendor despliegas, qué hermosura la tuya, 

amarillenta como si fueses una asiática, 

bella como las plumas del guacamayo.


Bendita seas en esta jungla de pasión, 

amada mía, envuélveme con tu capa de cariño, 

acaríciame con el viento 

que viene allende del océano, fresco, 

con ganas de tenerte, de abrazarte de oler tu cuerpo 

y enamorarse de ti, 

como se enamoran los adolescentes

con amores que matan, intensos, 

como el sol del mediodía 

en mi tierra, Andalucía.


Eres mi amada

estás quieta en mi cama, 

me relames el alma, 

me tienes embaucado, con tu mirada tímida,

ardiente, los labios húmedos te delatan, 

me quieres todo, 

como la gaviota a su presa,


penetrar en tu mar, en tu garganta, 

darte besos de fresa 

que te adormezca de tanta sutileza. 


Quiéreme clavel mío, 

átame a tu cuerpo 

que no quiero separarme 

de ti ni un momento.



MELANCÓLICOS 3 : ESPINAS SIN PÉTALOS


 


MELANCÓLICOS 3 : ESPINAS SIN PÉTALOS


Tristeza que se enreda en mi cuerpo,

lámpara que cuelga desnuda,

batallas pérdidas, en la nostalgia 

de la melancolía devastada.


Un amor sin pétalos, lleno de espinas,

aromas agrios, venas que no fluyen

en esta pertrecha vida, de pasiones turgentes,

en la que estoy sumido.


Me tienes roto el corazón, quisiera pegarlo

con algo de ternura, de auroras brillando

en alguna esquina; cansado estoy 

de sombras y noches frías, tuberías congeladas,

como el invierno de mi línea del tiempo.


En mí perviven, rostros retrospectivos,

decisiones embriagadas, traicionadas

por acciones donde ni siquiera llegan las penas

crepúsculo enmohecido, trinar enloquecido, 

silencio derruido.


Vivo en una hoguera de muerte,

en cavernas de murciélagos

con oscuridad eterna,

desnudo estoy entre paredes de blasfemia.


Humedades generadoras de muros de musgo,

dejadme florecer, vagando por espirales de sueño,

abismos de bondad, tapando las puertas melancólicas,

destruyendo los ocasos de nubes oscuras.


Llama brotando de mi pecho,

buscando abrir la puerta de la alegría,

de la bondad hacia la vida;

encontrando siempre el candado,

de la cancela cerrado.