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GENERALES 10 : EN LOS JARDINES DEL ALMA


 


GENERALES 10 : EN LOS JARDINES DEL ALMA


En los jardines del alma,  

se alzan coronas de amor  

entre suspiros fragantes...  

alegrías secretas, memorables.  


¡Oh, cuánta vida, cuánta muerte!  

Una mezcla melancólica envuelve  

los recuerdos marchitos del alma.  


¡Oh, rosas taciturnas...! Solemnes,  

mi espejo es, en la penumbra

reflejo de lágrimas en gotas,  

alargando su existencia agonizante.  


Compañeras quizás  

de ambiciones misteriosas, puras,  

en la danza eterna del amor y dolor.  


Este es el eco apagado  

de los suspiros infinitos,  

en las corrientes del tiempo  

que hacen eco en el corazón.  


Así, las coronas del amor  

se entrelazan con la tristeza  

en un abrazo eterno de luz y sombra.  


Que cada pétalo sea un verso,  

cada espinas una lección,  

en el jardín del amor,  

donde florece la eterna musa del amor.  



GENERALES 9 : AQUELLA MAÑANA


 

GENERALES 9 : AQUELLA MAÑANA


Aquella mañana, presagiaba un bonito día,

el sol se despertaba con alegría,

aunque encapotado el cielo estaba.

Sus tenues rayos al amanecer servían

para calentar mis manos adormecidas.


Aquella mañana me esperaba mi niña,

aunque el frío podría ser un obstáculo, 

era yo, quien me ausentara 

porque algo urgente mi cuerpo pedía.


Quizás armonía, 

que todos los elementos de mi cuerpo

son como un reloj suizo 

sincronizado con sabiduría.


No sabía qué estaba pasando pero sufría

sufría porque creía iba a perderte, 

porque me iría.


Un aire grotesco se levantaba 

entonces ya no vivía,

creía que estaba en otra vida 

tú mientras tanto, sentada ,

mirando, controlando mi ausencia; 

preocupada, en velo

tu cabeza movías de un lado a otro 

esperando la señal y no llegaba.


El abismo de tu distancia era más grande aún, 

pero no podía dejar de pensar en ti, en nuestras vidas, 

tan solitarias, tan unidas aunque sólo fuese 

por las vibraciones que me transmitías en aquella casa

tan grande, tan vacía, tan llena de recuerdos 

de sensaciones vacías.


Quizás esté obcecado con las cosas negativas, 

momentos alegres, también hay. 

Sudores de excitación, de locura,

de un amor desmedido 

que conmueve nuestro ser desde la más tierna niñez, 

relucía en nuestros corazones 

como el oro en tus dedos embriagadores.


Nos entregamos con pasión, ternura, excitación mutua.

¡Qué felicidad, qué locura!, 

era el hombre más feliz del firmamento

por nuestro amor exacerbado, 

nuestros momentos de empatía.


Esta urgencia, que estallaba en mi mente, 

en mi cuerpo, en toda la constelación de este ser viviente

es lo que quería transmitirte hoy vida mía

y no te preocupes, porque llegaré sulfurado, 

pero llegaré,

porque esto que siento por ti, 

no lo roba ni la muerte, vida mía


MELANCÓLICOS 38 : SI TÚ TE ALEJAS


 

MELANCÓLICOS 38 : SI TÚ TE ALEJAS


Si tú te alejas, 

no sé si las rosas de mi jardín volverán a brillar, 

o perecerán con tus cenizas

tu perfume no volverá a despertarme con su fragancia

sólo quedará su indolente olor en mis sábanas.


Si te marchas, 

flor de mis ansiedades nocturnas

quedaré silente, frustrado, buscándote en mi agonía 

y el colibrí no volverá a posarse  en mis pacíficos blancos 

como tú, ternura mía.


Si te vas 

con otro sol, otras nubes, 

serás fruto que se desprende maduro 

cuando ya ha absorbido todos los nutrientes 

y deja al árbol desguarnecido, 

se ha ido parte de su vida.


Cuando no estás, 

soy pez de aguas profundas

nadando tranquilo aunque haya maremoto en la superficie

no existe el miedo, se ha desvanecido, como un soldado

abatido en una guerra sin sentido.


Cuando vuelas 

de mi lado, sólo quedan tristes días

la luna ya no es espejo, solo melancolía, 

los días son opacos y fríos.

Necesito aprender de nuevo el arte de la felicidad

las angustias deben ser borradas

de las hojas de mi calendario.


Aunque nunca lo confiese, 

siempre estarás en mi sangre

en mi devenir del día a día, 

te veré en el árbol, en la montaña

circularán por el riachuelo de mi alma, 

porque la dicha que me diste 

debe permanecer para siempre guardada

en el cristal de la añoranza.




AMOR 64 : EL TEATRO DE LOS SUEÑOS


 

AMOR 64 : EL TEATRO DE LOS SUEÑOS


Déjame verte 

cuando en el techo de mi vida, 

estando en mi porche, relajado, 

aparezca la noche.


Llena de ojos burlones 

que nos vigilan sobre un manto negro 

que contraste con el brillo de las estrellas,

los soldados de la noche.


Déjame acariciarte

cuando mi amante, la luna, 

venga celosa de ver cómo te admiro 

aunque tú no seas roja, sino de plata 

o quizás de hojalata.


Déjame decirle a ese sol rojo 

que se despierta por la mañana 

te traspase sus tonos a ti, luna amarillenta,

con carita de enferma.


Lléname, luna roja, 

de jugos de sangre, 

especialidad de la casa

cuando mi cuerpo pasa hambre.


Hambre de amarte , 

tenerte entre mis brazos 

como los adolescentes 

cuando juegan a quererse 

en mitad de una fiesta.


Besarte, con miel y limón

o zumo de fresa 

sobre tu cuerpo, 

una delicia aspirarlo con suma delicadeza 

como se doblan las prendas 

más delicadas de mi princesa.


Oliendo a yerbabuena 

tu amor exultante 

como un lirio que ama a la abeja 

de sus suplicios y sus lamentos más profundos

porque hurga 

en lo más profundo y sagrado 

de su cuerpo


Ese cuerpo de onda, 

que muere en mi orilla 

cuando el sol se levanta 

y la luna se acuesta.


Me tiene caliente el alma

frío el corazón 

y siento destemplanza 

como el virus le causa a tu cuerpo

cuando falta la vitamina del amor 

en un teatro donde nada falta.






MELANCÓLICOS 40 : ESTACIÓN DE LOS RECUERDOS

 



MELANCÓLICOS 40 : ESTACIÓN DE LOS RECUERDOS


Vida de mi ensombrecida alma

hoy, mirándote pensando en el valle

sobre el que comienza mi existencia

tiembla mi humanidad


Al llegar la estación del recuerdo, muchos 

se agolpan en mi mente, el aroma de las flores, 

el tibio calor de la tarde,

aquellas largas caminatas en mi adolescencia

hacia donde el día se para.

 

Recuerdo con nostalgia esos momentos 

que no sabes apreciar en la juventud.

La caricia suave y fresca de la brisa

con aroma a limones, la candidez 

de las personas, días duros de trabajo

pero compensados al ver la naturaleza fluyendo 

bajo tus pasos, 

bajo tu mirada que miraba y no estaba. 

Estabas en otro lado, imaginando sueños dorados.  


Bajo la sombra de aquella zarzamora, 

en aquella oquedad, silenciosa, de otro mundo

refugio de mis pensamientos de adolescente

donde las ideas vuelan, son fantasías, maravillas ocultas de la vida 


Evocando aquellos días de verano.


El cantar de los pájaros, las nubes fieles compañeras

de mis caminatas, testigas silenciosas de mis quimeras

secretos de mi nostalgia que me lleva a islas esmeralda,

símbolo de mar en calma.


Ya, tú formas parte de mis recuerdos

eres una esencia en mi vida, una estación

de sueños, una brisa de pradera, un árbol

en la quietud del otoño, una mañana de primavera.


Veo caer las primeras hojas lentamente al suelo,

señal de la llegada del otoño.

Mi cuerpo, ávido, prisionero de tus brazos.

un beso atornillado, un suspiro en la noche,

un amor llevándome a la tierra prometida, 

tentación de hechicero.


Tu mirada ardiente es un destello de deseo,

que a mi alma inquieta, deja sin aliento.


Enrojecer la noche hasta que llegue el sueño.

con tus labios carmesí, tentación de hechicera,

provocan en mis sentidos ceguera,



AMOR 66 : TE AMO




 


AMOR 66 : TE AMO


Te amo más que a mis sueños.

Eres mi infinito, la llave de mi felicidad, 

mi sustento. 

La sangre circulando por tus venas 

en instantes mágicos.


Provocas en mí, la danza de lo divino, 

quiero yacer en ti, perpetuarme en el tiempo, 

ser las caricias de tu jardín 

cuando te sientas aturdida. 


Quiero ser tus pensamientos, 

provocando luz en tu interior, 

belleza que ilumine tu sonrisa 

y avivé el brillo de tus ojos. 


Quiero ser tu relámpago, 

iluminar tus noches de caricias ardientes, 

trueno confirmando 

que se ha desgajado de la nube mi amor perenne, 

como las hojas de los árboles amarradas a sus tallos.


Y tú, flor mía, haz florecer en mi pecho 

un arcoíris de rosas, un racimo de diamantes 

cuando me miras, quiero seas mi nada, mi creación, 

mi alma vagando sin rumbo hacia tu lecho de amor .


Quiero que cures mis desdichas

en la gruta de la frontera 

de tus labios con los míos, 

un aldabón de claveles surcando 

la divinidad de tu cuerpo infinito.


Quiero morir succionando tus deseos 

en el valle de los quejidos, 

de los humores que reinan en tu cuerpo, 

ser  tu voz, tus calambres

cuando te poseo.