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MELANCÓLICOS 37 : ME LEVANTO…


 


MELANCÓLICOS 37 : ME LEVANTO…


Me levanto con la aurora, 

contemplando la belleza del amanecer, 

en un solitario banco, lleno de polvo, 

de recuerdos que cubren su frágil madera.


En la quietud de las flores y algún gorjeo, la nostalgia

me abraza, como agua de lluvia o la niebla envolvente,

mágica, solitaria, como yo en esta mañana.


Un tono de penumbra me acompaña,

susurros de antaño se desvanecen, 

son ecos en el aire, no pasa el tiempo 

ni la espina clavada en mi costado, 

son serenatas cuando el sol se ha despertado.


Así corazón de esperanza llegas a mi,

posándote como la brisa sobre mis mejillas,

suspiro intenso, bocanada de aire deshaciéndose con el viento 

sobre mis mejillas sonrosadas, 

inocencia que encumbra al alma solitaria.


Mujer de hielo, manos frescas como brisas norteñas

sé brasa en mi chimenea sin carbón;

tráeme la lujuria, el pecado, en un forro de esperanza

no quiero traficar las caricias, emborráchame de pasión;

mujer velero abrázame en este rincón.


Resplandece mi morada con los rayos de tu sol

soy nube de flores suspirando por ti, hechizo de luna

llévame al paraíso donde vivamos tú y yo

lejos del manzano de la perdición.


AMOR 63 : EN EL ECO DEL SILENCIO


 


AMOR 63 : EN EL ECO DEL SILENCIO


En el eco del silencio, una mirada embalsamada, 

una oración al corazón, nuestras almas se encuentran,

enredadas en un baile de amor y esperanza eterna.


Tu mirada penetra, mi ser se estremece,

en cada susurro, el amor florece,

en medio de la pasión 

y necesito refugiarme en tus brazos.


Siento que te amo con el alma enardecida,

y en tu abrazo encuentro la paz prometida.

Tus palabras son caricias en el aire,

y tu mirada furtiva se clava en la diana de mi corazón.


Es un pacto sagrado que nos hace amarnos 

sin reparos, sin desaires; cuando estás te quiero

cuando no, eres mi sepultura, muero 

cuando no te veo, no te siento.


En el silencio sepulcral, se fragua nuestra unión,

emanando ternura, primavera de color intenso

que en mi corazón penetras anudando nuestra alma

en un lazo que no entiende de distancia ni confusión.


Escucho tus latidos, melodía celestial,

en tu triste mirar, el amor esencial.

quisiera como las aves volar, penetrar

en tu habitación y que nuestro cuerpo y alma

sean solo amor.


Fundirnos en un abrazo que traspase lo terrenal,

dos almas en comunión, en un amor sin igual.

Que perdure este sentir, esta pasión sin final,

en la eternidad de nuestro querer, 

en lo más profundo, inmortal.


AMOR 62 : EN EL SILENCIO DE LA NOCHE


 


AMOR 62 : EN EL SILENCIO DE LA NOCHE


En el silencio de la noche estrellada,

me embriaga el misterio de tu amor.

¿Cómo expresar lo que llevo en mi alma?

¿Cómo soltar este sentimiento ansiado?


Ante tus sueños que tejen universos,

me acerco en puntillas, con amor delicado.

Tu paz dormida me llena de versos,

y en un susurro te entrego lo anhelado.


¡Te amo!, resuena en la quietud etérea,

como eco de un corazón enamorado.

En cada latido, en cada quimera,

te entrego mi amor en un suspiro alado.


Que estas palabras encuentren tu ser,

y en tu mundo interno se queden grabadas.

Mi amor por ti no dejará de crecer,

en cada amanecer, en todas las miradas.


En el eco del silencio, nuestras almas se encuentran,

enredadas en un baile de amor y esperanza.

Tu mirada penetra, mi ser se estremece,

en cada susurro, el amor florece.


Siento que te amo con el alma enardecida,

y en tu abrazo encuentro la paz prometida.

Tus palabras son caricias en el aire,

un pacto sagrado que nos hace amarnos

sin reparos, sin desaires.


En el silencio sepulcral, se fragua nuestra unión,

un lazo que no entiende de distancia ni confusión.

Escucho tus latidos, melodía celestial,

en tu triste mirar, el amor esencial.


Nos fundimos en un abrazo que traspasa lo terrenal,

dos almas en comunión, en un amor sin igual.

Que perdure este sentir, esta pasión sin final,

en la eternidad de nuestro querer,

en lo más profundo, inmortal.


MELANCÓLICOS 36 : AMISTADES…


 

MELANCÓLICOS 36 : AMISTADES…


¡Oh amiga! silenciosa y muda,

testigo de mi llegada a la luna,

historia de mi vida, vaina encendida,

eres un pistilo viviente; 

convertida en milagro, petrificada.


¡Oh amiga! eres mi despegue,

un avión de plástico volando

con el viento, que guarda mil  historias,

en cada uno de los recovecos que azota

con su tormento.


¡Oh amiga! atraviesa el sonido,

trae tus colores a mis pupilas,

revolotea sobre mis sentidos,

sé un enigma que se desliza 

entre mis sombras infinitas.


Alegras las notas de mi mar,

palpitando tus flores melodiosas;

eres mi cielo volando, mi alegre euforia;

caminos de vida compartidos 

en calles empedradas de sutileza.


Soy pecado de tus sentidos,

órdago de tu infinito, floración de tu jardín;

soledad, amor, tristeza, empatía,

una luz salida del alma que te arrulla;

la escuchas y patinas, la lees y dinamita tu cuerpo;

si me hundo en la ría, tus alas de colores

se posan en una flor que se deshoja.


Risas al al atardecer, tiempo cristalizado,

capullo alumbrando tu vida soy, tímida claridad

que me acongoja, indiferencia que me lastima,

tus no, son mi tristeza melancólica 

servida en sorbos de alegría.


Mi ansia, una garganta inagotable 

llamándote y no vienes; eres éxtasis del sonido que no llega;

contigo quisiera viajar en olas de nostalgia 

donde se proyecte nuestra vida 

en una pantalla de lujuria.


Cama de sauce, vientre de petunia, 

no paro de pensarte, mis tristezas las disimulo 

cuando te canto.


Eres mi miedo guardado en la maleta

una estación aparcada en mi mente

que te desea, bajo el manto

de una noche estrellada, silenciosa

y muda, donde dejes de ser un milagro petrificado

y te conviertas en sueño dorado.




GENERALES 8 : TODO LO VIVIDO


GENERALES 8 : TODO LO VIVIDO


Mi vida ha sido tuya

he navegado por tu cuerpo

y tú por el mío

entre jugos de deseos

lagunas blanquecinas

que corrían por mis dedos.


Mi juventud dorada

te he regalado

navegando por mares

de relucientes aguas

de color esmeralda.


Mis espacios soñados

los he construido contigo

planes increíbles,

sueños de marquesado

soñar volando por las nubes

de nuestra vida, construida

con un azaroso trabajo.


Mis lagos han sido muchos,

aunque hay más arroyuelos

que oasis secos;

hubieron charcos profundos

que sigmas han provocado;

en nuestro amor tan tierno,

tan puro, como un valle no contaminado.


Mis pensamientos revolucionarios

un cura solidario, los ha creado,

no rompió el celibato,

fue ave de paso, que su semilla

fecundó mi destino,

mi peculiar visión de la vida

ciudadanos del mundo somos,

en la misma balanza compartida.


Mis noches templadas

a la luz de la luna llena,

un rayo de luz emergente

entre tu cuerpo y el mío,

rayo y trueno siempre unidos

y siempre tan selectivos.


 

AMOR 61 : VINISTE A MI MUNDO


 



AMOR 61 : VINISTE A MI MUNDO


Viniste a mí mundo como una caracola, 

ser tu casa deseaba, te di mis mimos, 

mis seguridades, mis miedos, tapando los tuyos 

como un pantano tapa el discurrir del río.


Quise ser el dueño de tu espacio, 

el alma de tu viento, 

el despertar de tu sueño, 

los colores de tu cuerpo. 


El blanco era seda pura, delicia de ciegos, 

sutilezas andando como la brisa, 

sin ruido, adormeciendo tú helado cuerpo, 

incendiando la mecha del cañón para el disparo fraterno. 


El negro bosque de carbón, aquelarres en tu interior, 

miel caliente, endulzaba nuestra unión 

de desnudez en un paraíso eterno

lleno de ingravidez.


Los grises mar enfurecida, 

voces de lascivia derramando codicia, 

entraba en tu mundo, salía del infierno, 

era pétalo abierto en el seno de tu vientre, 

compañero eterno, sed de lujuria en el laberinto

de los corazones acelerados por el pecado.


Los rojos, tú pasión convertida en hoguera, 

campo de tulipanes estremecido por el viento, 

molino produciendo manantial de agua, 

regando tu cuerpo con orquídeas y violetas, 

sudores de incienso, vibración de látigo,

montañas descendiendo a los valles, 

ecos de murmullos de muerte,

de un sentir que me llevaba 

al delirio del descanso eterno.


Una felicidad inmensa en la tautología de los tiempos.