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MELANCÓLICOS 19 : MIRO LAS HOJAS CAER


 


MELANCÓLICOS 19 : MIRO LAS HOJAS CAER


Miro las hojas caer sobre la tierra desnuda,

sus destellos deslumbran las fotos 

de nuestra nostalgia, amores volando

en un valle de plata, sinsabores con pedigrí

en una oquedad agitada.


Siento tu amor convaleciente, enfermo,

volando a la eternidad, 


¿Dónde estás?


Cansado de ver fruta podrida, falacias tormentosas,

miradas extraviadas como laberintos 

en un jardín sin dueño, 

salto al abismo de los sueños.


Percibo tu angustia, ávida de visualizar 

explosiones del arcoíris como abanicos gigantes, 

construyendo una mansión de ensueño 

donde descansar, dormitar, de este infierno.


Cuando vas sin atuendo, tu enfoque es alberca con sal,

la metáfora de la ceguera, camino con baches

ocultos, caer a la hondonada de la vida.

una alberca sin salida.



AMOR 51 : HOY HA VENIDO A MI MENTE


 


AMOR 51 : HOY HA VENIDO A MI MENTE


Hoy ha venido a mi mente

aquella habitación pequeñita, sin decoración,

gélida, pero con calor humano

era aquel lugar especial para los dos.


El saxofón tocabas, yo con la cítara

te acompañaba con amor;

aquel habitáculo era signo de depravación,

de lujuria, de andar expuestos al sol

aunque no me de la flama

de la exquisitez que deseo compartir con vos.


Sin injuria


solo adentrarme en tus pasiones más carnales,


sin drama


jugando como los niños cuando empiezan sus relaciones

más íntimas y banales.

sin que me lastime el corazón, que partido quedó por el fuego

que me hipnotizó


Aquella habitación trémula, jadeante,

hoy ha venido a recordarme

que hieres como antes

que sigues dando azarosos besos, abrazos,

creando expectativas

que luego se marchan indolentes.


Que tu amor, no es de nadie, solo tuyo

y de tus pasiones carnales

que sigues gozando como antes, solitaria

y distante.


De este mundo que te rodea y no es casualidad,

porque como amante,

eres una exquisitez y todos quisieran

tenerte un instante y comprobarán

lo exuberante de tus pasiones sexuales.


MELANCÓLICOS 18 : AMOR DE SEDA FINA


 


MELANCÓLICOS 18  : AMOR DE SEDA FINA 


Amor deshecho, humedades entrando 

en la bahía, en el ocaso de nuestra unión;

deshilando el fino tejido que la hilandera 

más brillante hubiese hecho, 

obra inmortal de la modista de mi vida.


Amor de seda fina, de bronce encarnado, 

encima de la chimenea, donde las telarañas tejen 

sus redes esmeraldas. 


Hoy ceniza, quemado por el fuego 

de las pasiones más bajas que se instalaron 

en mi mente marchita.


Sillas vacías, fotos llenas de melancolía, 

por ver a la que fue y ya no está, 

la dueña de mi corazón, desaparecida 

como vuelo del humo, de la chimenea al cielo.


Destello de estrella fugaz, baja del cielo, 

hazme tuyo de nuevo

como en aquellos tiempos felices 

donde éramos la luz del tiempo,


El verano en el universo.







MELANCÓLICOS 17 : ¿QUÉ ME CUENTAS ESTA NOCHE?


 


MELANCÓLICOS 17  : ¿QUÉ ME CUENTAS ESTA NOCHE?


¿Qué me cuentas esta noche?

¿Dónde te has metido arpa insonora?. 

Buscando tus tesoros emigro con las aves 

pudientes, con caracoles y cangrejos.


Oh corazón desvelado, siente mi cuerpo helado, 

calienta este trozo de roca, que hielo hervido parece.

Ventisca desolada, andas alocada, buscando 

mi mundo ardiente de sal y yodo.


Pero te equivocas, lo buscas en el monte, 

es en la mar de plata, su espuma blanca

la lleva en bandeja de esmeraldas, 


¡Ay sal salada!


Que en mi alma eres roca 

y yo ensalada en tu boca 

de comensal de ayuno, en lugares 

de vianda fácil, tal vez bajo el manto de la luna.


Te tengo en mi cama desangelada, 

ángel abandonado entre las sábanas sombrías

de las tinieblas pensando en el pecado. 


y éste no venía, mariposa sin colores , 

corazón hercúleo ven conmigo, hagamos una fiesta

de trasiego a través de ondas hertzianas. 


Te deseo tanto amor, que estoy hecho un lío 

entre ventiscas, camas y tinieblas,

¿Pero dónde estás?, no te percibo.



AMOR 50 : CABEZA BLANCA, VOLCÁN DE FUEGO




 


AMOR 50 : CABEZA BLANCA, VOLCÁN DE FUEGO 


En tu cabeza blanca, 

nieve gozosa, derritiéndose; 

como tú, cuando a ti me acerco, 

ojos de porcelana, corazón de gacela 

en un oasis seco .


En tu cara velo de nácar 

levemente susurrando con su vaivén 

a tu mejilla, como yo te beso deslizando 

mis finos labios en tu rostro de princesa .


En tu cuello, jugo de fresa, rojo fuego, 

cómo mí amor ardiendo por ti; 

alma sedienta de locura desmedida 

en un manantial sereno.


En tus montañas , racimos de uvas 

vertiendo su jugo divino

Dulce como el azúcar , denso como el cielo, 

atado a ti mi corcel del tiempo. 


En tu vientre, plantaciones tropicales,

con bosques frondosos, manantiales claros , 

donde reflejamos nuestra pasión secreta, 

jugo de vanidades incierto.


Entre tus piernas, quiero ser el bombero 

que apague tu fuego, manguera de placer interno, 

contorneando nuestro efímero amor 

por las laderas del infierno, 

ardiendo nuestros lamentos 

en el fuego eterno.



 

 



MELANCÓLICOS 16 : HOY EN MI OQUEDAD CELESTE


 


MELANCÓLICOS 16 : HOY EN MI OQUEDAD CELESTE


Hoy en mi oquedad celeste

que parece ceniza, principio de la niebla

por la calima africana que nos envuelve,

el mar es una hoguera desvanecida

con colores de muerte.


Esto contemplo desde mi cristal

el jardín moribundo, de la sequía;

las nubes están peleadas con la Axarquía

un desierto de polvo y tropicales

incrustados en el alma mía.


Ese vacío siento en mi corazón

deshilachado de melancolía, hay otros momentos

de verdor extremo, donde las hormigas salen de su rutina

en el hormiguero, desfilando cuán ejército solidario;

ojalá fuésemos así aquí en el cielo, perdón en la Tierra.


Me estremece sentir ese vacío de amor

porque la soledad se apodera de mi bostezar amargo

y penetro en la profundidad de la tristeza

abismos que la vista quiebra.


Me asedian las sombras, tu cuerpo es niebla

ni lo veo, ni lo siento, es una herida convertida

en sal amarga, en vez de alabastro digno de rayos pálidos

de la luna, también cercada de presagios 

donde se acurruca mi pena.


Hoy es un día gris plomizo, en mi corazón

y mi alma, susurros de desconsuelo

día oscuro y frío en el que veo mis lagunas,

porque me siento vencedor a la muerte.











MELANCÓLICOS 15 : ME EXTASIO EN LAS OLAS DE TU VIENTRE



 MELANCÓLICOS 15 : ME EXTASIO EN LAS OLAS DE TU VIENTRE

Me extasío en las olas de tu vientre

donde nada acaba, donde nada persiste

¡Ay mi musa! dormida en el relente de la urna

donde el amor naufragando, muere.


Veo reflejos en tu tez donde el mundo se detiene,

agrestes lugares donde hombres y mujeres

se balancean, corriente irresistible,

fuego que incendia mi ser de cometa 

donde la lujuria se ceba con heridas 

que no sanan, monstruosidades esparciendo

lluvias y escarchas.


Cuando los nocturnos rayos nos atrapen

sobre el polvo cósmico de tu cabello, y amanezca

un nuevo día sobre la bóveda azul pálida, nuestra pasión

de aguaceros que golpean los cristales, se habrá extinguido

en una selva de estrellas y luceros.


MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO


 


MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO


Aquí yazgo solo, entre tinieblas

entre humedades y rastrojos

sobre manantiales secos y frescos

bajo los floridos almendros.


Mi vida ha sido rayo, volé como el viento

cabalgué sobre caminos sagrados, 

crucé el destierro de los desheredados 

de la tierra, oyendo sus gritos lastimeros.


Sacrifiqué mis días de frescura, cuando 

las fiestas duraban días y las preocupaciones

estaban exentas de pasar por caja, eran porciones

del tiempo de algarabía y oleaje tenso.


Anduve por la ciudad deprimida, asfixiada

de humos, con dolor en la cabeza de los ruidos,

estresado, el tiempo era un avión de combate

rompiendo la barrera del sonido.


Intenté ser semilla, en vez de páramo

vida nueva en vez de fracaso exonerado,

de bailar en las barras de los bares

no ser rata de cloaca, ni saliva envenenada.


Amé como aman los pájaros su libertad

como el río su valle, como la montaña a la nieve

como el amante a la amada, como el fresco al verano

radiante de felicidad que vivíamos antaño.


Me quedé sin vista, sin gusto, sin olfato

fui perdiendo los sentidos de la vida

la belleza del alma, el amor del corazón

incluso la pena y la angustia.


La claridad se volvió neblina

el amor sarcasmo

la rutina era mi aliada

mejor estar aquí donde yazgo

junto con mis hermanos del pasado.