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MELANCÓLICOS 58 : MOMENTOS NO VIVIDOS


 


MELANCÓLICOS 58 : MOMENTOS NO VIVIDOS


¿Qué ocurre con las palabras 

inundadas de silencios?

esos atardeceres que pasando

desapercibidos son el elixir de un canto de sirena.


Palabras de amor no dichas, 

son fantasmas

en la inmensidad de la vida

rocas en un pedestal de cartas de adiós

sin brillo ni esplendor donde el insomnio goza.


El abandono de la verdad

surcando la vía de lo oculto,

cimas inexploradas, sed de amenazas

cauce adentrando el agua de la riqueza espiritual 

en las interioridades de nuestro quehacer cotidiano.


Lanzas hechizadas, colmillos desgastados

lo insólito de la soledad, las noches profundas

la niebla envolviendo el cuerpo, amores deshechos

cartas rotas en la estación del olvido.


Amores lascivos

con miradas furtivas faltas de entrega

en sangre alborotada de corazones fraternos

en momentos de luz y de rayos estridentes

fuegos del cielo, atravesando nuestra aura

encendiendo de cálido cobijo el vértigo

que nos alimenta.


Amar dejándose llevar por el viento 

inmaculado de la pasión de las palabras 

que aceleran la pasión de las mil y una noches

según la rescatada estela de la luz sorprendida.


Tierra árida convertida en fértil,

caminar donde no había caminos

surcar los mares volando

amar, amar como yo te estoy amando.





MELANCÓLICOS 57 : EL AMOR PASA


 





MELANCÓLICOS 57 : EL AMOR PASA 


El amor llega y pasa como una rama seca,

un susurro en el viento que acaricia y despeina.

Es un efímero destello, pasajera luz de orgía nocturna,

en un instante brilla y luego se despeña 

entre recuerdos y olvidos


Como hoja que cae, sin avisar se desliza 

como el alud en la montaña.

Cambiante como el río, impredecible como las nubes.

A veces duele y quema, otras tantas bendice el lecho

de los aprendices.


Es sangre derramada un misterio profundo, 

una eterna mudanza en el valle donde los pétalos florecen,

en el jardín del alma, planta sus semillas,

germinan emociones, florecen los sentidos.


Bañados por su fuego, renacen los labios del pecado,

el amor, viajero, nos deja estremecidos.

Así va y viene, fugaz como la vida 

un eco en el silencio, un latido de amor de alondra.


El amor eterno en su esencia sublime,

nos invita a soñar, nos ofrece su lecho.


MELANCÓLICOS 56 : PROFUNDIDADES DEL SILENCIO


 


MELANCÓLICOS 56 : PROFUNDIDADES DEL SILENCIO


En las profundidades del silencio

sobre los reflejos del dolor eterno

en la penumbra del alma 

sueños y brumas enlazados 

se esconden del mal.


Como cadenas 

que aprisionan el vuelo del águila

junto con el lienzo 

de la noche callada.

 

Donde los amores tristes se van sin retorno,

dejando un vacío que solo el tiempo puede llenar,

porque ya no tengo para ti mis latidos

mi corazón está en otra batalla

en la cual se desgarra

porque mataste lo más bello que tenía.


Cuando pases cerca de mí, sufriré en silencio

camuflando la pena profunda 

pero el amor persiste inmortal e inclemente,

y tu aroma de rosas

será un recuerdo constante.


Libre de tus ataduras y falsos sueños rotos,

vuelvo a brillar con luz propia

Ya no seré prisionero de tus cadenas,

mi alma renace, ¡Libre y segura!




MELANCÓLICOS 55 : AÑORANZA

 



MELANCÓLICOS 55 : AÑORANZA


Añoro tus risas, tus abrazos y tu serenidad,

cual brisa suave acariciando mi alma en soledad.

Eres mi sol en el cielo de mis días turbios,

la estrella que guía mis pasos en la oscuridad de este túnel.


En cada suspiro, en cada latido de mi corazón,

resuena tu nombre como espuma ahogada en la arena

recordando que fuiste mi razón de amar,

mi refugio en los profundos corales de largos resplandores


Que vuelva a brillar tu luz sobre mi soledad dormida

que regreses cual aurora a iluminar mi cielo,

pues sin ti, mi estela es un mar sin rumbo,

un jardín marchito que anhela florecer.


Regresa a mí, oh fuente de marfiles blanquecinos

como el sol que retorna tras la noche que se desangra

y juntos, enlazados como la línea de la orilla a un golfo 

brillemos con fuerza al final de un túnel donde la luz aparece.


AMOR 81 : MORDÍA MI ALMOHADA

 



AMOR 81 : MORDÍA MI ALMOHADA


Mordía mi almohada, esperando tu llegada

eran horas interminables, mirando al espejo,

a mis gestos, bajo esa sensación sombría

de las tardes lánguidas, vacías del gris otoño.


Mi lecho era un pájaro sediento, de ti,

de tu aliento, de tu mirar sereno, como acontece

el anochecer suavemente, imperceptible a los

ojos centelleantes con los que aguardo el momento.


Bajo este cielo mordaz donde habito,

esta oscuridad aciaga llena de júbilo,

inmóvil, devorando el tiempo, esperando 

el devenir de lo efímero del placer, tendido

espero el vuelo de la gaviota sobre mi montaña muerta.


Las aguas mansas de tu aura se agitan,

como el mar con los vientos huracanados, 

melodía ardiente llenando esta oscuridad aciaga, 

estos minutos infinitos, 

este querer oír el timbre pero no llega esa orquídea

 para impregnar mi primavera de verdor y escarcha.


Quiero beberme tus labios ser el príncipe de tu cuento,

perderme en el rocío de tu cuerpo, ser la lámpara 

iluminando esta ansia de piel de seda, cielo rebosante,

trigales que florecen bajo las sábanas, alimentarte

con mis suspiros.


Sé que vendrás con fuego, 

apagando mi fuente del deseo de ser tuyo, 

sin mordazas, con puertas abiertas

agitando las aguas mansas y que este amor de atardecer,

sea un resplandor súbito que a las nubes alcance.




MELANCÓLICOS 54 : EN LA RUINAS DE UN AMOR


 

MELANCÓLICOS 54 : EN LA RUINAS DE UN AMOR


En las ruinas de un amor pasajero,

se esconden sombras de un ayer 

suspiros de risas en sombras de amor

mi corazón aún percibe la oscuridad y el silencio

caminando por las hojas del viento.


Marchitos quedan los recuerdos

de aquellos besos hirientes

y la llama de la distancia se apaga

con las cicatrices de mi piel.


Sollozos silenciosos de ojos desnudos.

que buscan en la oscuridad la luz perdida.

Lágrimas que  caen en la noche 

como estrellas que hablan sin palabras,

testigas mudas de la sed de las pasiones.


Las huellas de cada lágrima, 

son pisadas por mis zapatos desnudos

consuelos de promesas rotas

en el rincón de la desdicha.


Vestigios de pasión marchita,

se esconden en cada rincón de esta tristeza

donde las briznas de amor

se desvanecen en el aire,

como promesas rotas, sin reparo, 

sin gloria ni salvoconducto.


En la fatiga de mi alma cansada,

en la oscuridad de mi ser dolorido

habrá un destello de luz

una melodía de aurora

que romperá las cadenas del invierno

y nos elevará por encima de nuestro abismo.


MELANCÓLICOS 53 : VASTO RÍO DEL AMOR

 



MELANCÓLICOS 53 : VASTO RÍO DEL AMOR


Por el vasto río del amor

camina en un brioso corcel 

mi estela y la tuya 

tejida con seda de ausencia, 

alumbrada por hilos de sol de seda

y mecida por la brisa del jardín de las lágrimas.


Enjambre de néctar venido a menos, 

bandada de pájaros desarbolada, 

locura zigzagueante del arroyo de mi ansiedad

ebria de tus caricias, 

ausente de tus abrazos 

y caracoleando en nieblas grises

como el destino.


Clamores de terremoto driblando a la muerte, 

espiral de fábulas sin enseñanza, 

no encuentro el hilo 

que zurza estos delirios póstumos, 

llenos de franqueza 

y de un amplio espectro de osadía.


Silencio de la maldad en renglones de desilusión, 

terca esperanza, olvido, escándalo, 

zozobra en un mar de plástico. 


Llanto de la gloria, desdén de mis desdichas, 

pudor de las distancias, discriminaciones, 

presagio de sombras de campanario, 

tristeza de cuervo


Eres la antítesis de la alegría. 



AMOR 80 : TORRENTES DE AMOR


 

AMOR 80 : TORRENTES DE AMOR


Pálida luz que envuelves la fogosidad 

alumbra mi felicidad de torrente de anhelos,

abducido por tus indomables deseos de acabar

con mis noches invernales y convertirlas en veraniegas

ando como violeta en el jardín de la brisa perenne.


Hablemos con el tacto, quiero ser girasol

moverme con tu radiante amor de cereza;

seamos manjares compartidos, melocotones, duraznos

plátanos, en una fiesta colorida en la alborada

cuando los caracoles duermen en su gruta de ensueño.


Seamos agua y barco, agua que bañe tu dulzura;

barco navegando entre tus ondas de porcelana fina

puerto donde florecen las flores exóticas. 

Tú y yo un bote sin remo en la inmensidad del océano

inhalando nuestra fragancia de suaves pétalos.


Sol descendiendo hasta tu cabello de rulos,

de azahar amarillento;

lágrimas de nube recorriendo tu ingenuo escote,

de camisa blanca zurcida a tu cuerpo,

dejando entrever tus maravillosos

monumentos de artistas del Renacimiento.


Contigo lo quiero todo, sin ti no hay nada;

acariciar tu cuerpo, oír tus susurros en mis oídos

de anacardos sedientos de ti,

de tu humanidad hecha amor,

descubrir tus secretos, los sonidos de tus lagos,

adentrarme en tus caramelos de fresa,

ser un coctel, que emborrache nuestros pasiones

con copas de amor eterno.