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MELANCÓLICOS 61: CANSADO DE TU FALSEDAD

 



MELANCÓLICOS 61: CANSADO DE TU FALSEDAD


Cansado de ver espuma en la fruta podrida

donde afloran tus falacias tormentosas,

provocando enfoques de pupilas extraviadas,

laberintos en un jardín sin dueño,

saltos al abismo de la monstruosidad que presides.


Percibo tu angustia de mujer tenebrosa

y tus explosiones de arcoíris, torbellinos 

donde descansas de este infierno 

de espejos perversos donde te hayas anclada,

un hedor de mañana donde comulgas tus pecados.


Cuando desnudas tus interioridades

de piscina de lágrimas de sal, enrojeces mis pupilas

en ese instante eres metáfora de mi ceguera

caminando por rescoldos de nieve 

donde mi sangre se convierte en un surtidor de lamentos.


Eres la maldad del amianto de mi larga noche.

El veneno de una adelfa en un mundo de falsedad

que tú has creado, la prisión de mi amor.


Verte caer a la hondonada de la vida

en un agujero lleno de lo más hediondo

sería mi explosión de placer.


Cansado de tus insidias 

camino hacia ninguna parte

acompañado de las ánimas iracundas,

esas que tú me has asignado.



MELANCÓLICOS 60 : VACÍO Y AUSENCIA


 





MELANCÓLICOS 60 : VACÍO Y AUSENCIA


Es vacío y ausencia de plenitud,

un camino borrado por el tiempo,

donde los sentidos se abren al mundo

como flores tempranas en su aliento.


En la sombra de la noche silenciosa,

se pierden los sueños 

como estrellas fugaces que se apagan

dejando solo un rastro de nostalgia.


El eco de tus pasos ya no resuena,

en este lugar donde todo es sombra,

donde el viento susurra melancolía

y el corazón late con tristeza.


Pero en medio de esta oscuridad profunda,

aún brilla la luz 

como un faro en la distancia,

guiándome hacia la plenitud deseada.


Aunque el vacío parezca eterno,

sé que algún día volveré a encontrar

la carretera que me lleve de regreso

a la plenitud de mi ser y mi verdad.


Volveré a ser aroma, fragancia

de aquellos días inolvidables

donde éramos la alfombra de la primavera

el corazón que susurra al agua.



MELANCÓLICOS 59 : EN LA INMENSIDAD DEL HORIZONTE

 



MELANCÓLICOS 59 : EN LA INMENSIDAD DEL HORIZONTE


En la inmensidad del horizonte,

donde el mar se une al cielo en un abrazo,

has encontrado el límite de los sueños,

la frontera donde se desvanece el deseo,

donde los cuentos y la realidad se mecen

sobre espirales de olvido


La línea imperceptible,

la realidad de la fantasía,

la valla dura e infranqueable,

que impide alcanzar la utopía deseada.


Donde los vientos 

susurran a las cicatrices profundas,

heridas donde la fragancia

del desamor ha resonado.


En tiempos de desolación y caos

el verdor se pierde en laberintos yermos

donde las penas y las inmundicias son las reinas

a pesar de todo tu espíritu persevera

buscando alcanzar la libertad y la alegría.


Has hallado el misterio de lo imposible

donde se esconde la magia

la fuerza te han encumbrado

para trascender los límites y volar alto.


Atrévete a soñar, a cruzar esa línea,

desafiando las leyes de la realidad,

porque en tus sueños reside la esperanza,

y en tu corazón la valentía de alcanzarlos.



AMOR 82 : ERES SUAVE COMO UNA PLUMA (2)

 



AMOR 82 : ERES SUAVE COMO UNA PLUMA (2)


Eres suave como una pluma, 

dulce como piel de uva, amada mía. 

Un temblor que arrasando mi esqueleto,

me despierta entre oasis y palmeras,

en un mundo de fantasías muy nuestro.


Eres caricia del cielo,

mi amor está enjaulado en tu pecho.


Somos dos llamas que no se apagan,

un mar enfurecido en una tormenta suicida.

dos cuerpos fluyendo,

agua pura de manantial de amor 

de paraísos que sueñan.


Viajo por el sonido de tu voz,

tu ternura me amansa, 

recorriendo mi cuerpo

desde el ocaso hasta la alborada. 


Morir de amor

cayendo las hojas de nuestros árboles

a nuestros pies derrotadas.


Tu mirada,

un organismo latiendo.

Una flecha lanzada hacia el cielo azul,

despejado, sin nubes, diáfano.


Mujer eres espiga

meciéndome entre los trigales.

Si supieras cuánto me cuesta estar sin ti.

Cuantas amapolas y lirios desnudo

para complacer nuestra hoguera.


Sé mi pecado, envuélveme en tu noria, 

gira conmigo. dame tu savia de elixir de pecado

expande tu dicha de valle fresco.


Alumbra mis pasos con tu luz de faro,

resplandece mi amanecer 

como el sol al mar en la alborada.


MELANCÓLICOS 58 : MOMENTOS NO VIVIDOS


 


MELANCÓLICOS 58 : MOMENTOS NO VIVIDOS


¿Qué ocurre con las palabras 

inundadas de silencios?

esos atardeceres que pasando

desapercibidos son el elixir de un canto de sirena.


Palabras de amor no dichas, 

son fantasmas

en la inmensidad de la vida

rocas en un pedestal de cartas de adiós

sin brillo ni esplendor donde el insomnio goza.


El abandono de la verdad

surcando la vía de lo oculto,

cimas inexploradas, sed de amenazas

cauce adentrando el agua de la riqueza espiritual 

en las interioridades de nuestro quehacer cotidiano.


Lanzas hechizadas, colmillos desgastados

lo insólito de la soledad, las noches profundas

la niebla envolviendo el cuerpo, amores deshechos

cartas rotas en la estación del olvido.


Amores lascivos

con miradas furtivas faltas de entrega

en sangre alborotada de corazones fraternos

en momentos de luz y de rayos estridentes

fuegos del cielo, atravesando nuestra aura

encendiendo de cálido cobijo el vértigo

que nos alimenta.


Amar dejándose llevar por el viento 

inmaculado de la pasión de las palabras 

que aceleran la pasión de las mil y una noches

según la rescatada estela de la luz sorprendida.


Tierra árida convertida en fértil,

caminar donde no había caminos

surcar los mares volando

amar, amar como yo te estoy amando.





MELANCÓLICOS 57 : EL AMOR PASA


 





MELANCÓLICOS 57 : EL AMOR PASA 


El amor llega y pasa como una rama seca,

un susurro en el viento que acaricia y despeina.

Es un efímero destello, pasajera luz de orgía nocturna,

en un instante brilla y luego se despeña 

entre recuerdos y olvidos


Como hoja que cae, sin avisar se desliza 

como el alud en la montaña.

Cambiante como el río, impredecible como las nubes.

A veces duele y quema, otras tantas bendice el lecho

de los aprendices.


Es sangre derramada un misterio profundo, 

una eterna mudanza en el valle donde los pétalos florecen,

en el jardín del alma, planta sus semillas,

germinan emociones, florecen los sentidos.


Bañados por su fuego, renacen los labios del pecado,

el amor, viajero, nos deja estremecidos.

Así va y viene, fugaz como la vida 

un eco en el silencio, un latido de amor de alondra.


El amor eterno en su esencia sublime,

nos invita a soñar, nos ofrece su lecho.


MELANCÓLICOS 56 : PROFUNDIDADES DEL SILENCIO


 


MELANCÓLICOS 56 : PROFUNDIDADES DEL SILENCIO


En las profundidades del silencio

sobre los reflejos del dolor eterno

en la penumbra del alma 

sueños y brumas enlazados 

se esconden del mal.


Como cadenas 

que aprisionan el vuelo del águila

junto con el lienzo 

de la noche callada.

 

Donde los amores tristes se van sin retorno,

dejando un vacío que solo el tiempo puede llenar,

porque ya no tengo para ti mis latidos

mi corazón está en otra batalla

en la cual se desgarra

porque mataste lo más bello que tenía.


Cuando pases cerca de mí, sufriré en silencio

camuflando la pena profunda 

pero el amor persiste inmortal e inclemente,

y tu aroma de rosas

será un recuerdo constante.


Libre de tus ataduras y falsos sueños rotos,

vuelvo a brillar con luz propia

Ya no seré prisionero de tus cadenas,

mi alma renace, ¡Libre y segura!




MELANCÓLICOS 55 : AÑORANZA

 



MELANCÓLICOS 55 : AÑORANZA


Añoro tus risas, tus abrazos y tu serenidad,

cual brisa suave acariciando mi alma en soledad.

Eres mi sol en el cielo de mis días turbios,

la estrella que guía mis pasos en la oscuridad de este túnel.


En cada suspiro, en cada latido de mi corazón,

resuena tu nombre como espuma ahogada en la arena

recordando que fuiste mi razón de amar,

mi refugio en los profundos corales de largos resplandores


Que vuelva a brillar tu luz sobre mi soledad dormida

que regreses cual aurora a iluminar mi cielo,

pues sin ti, mi estela es un mar sin rumbo,

un jardín marchito que anhela florecer.


Regresa a mí, oh fuente de marfiles blanquecinos

como el sol que retorna tras la noche que se desangra

y juntos, enlazados como la línea de la orilla a un golfo 

brillemos con fuerza al final de un túnel donde la luz aparece.