AMOR 55 : HIERRO ENROJECIDO
Como el hierro enrojece en la fragua
se fue fraguando mi amor, voz celestial
hojas de naranjo, rayo de sol
inundas mi cuerpo con tu pasión.
Ascua de brasero fuiste tú
brillando como un tesoro de alhelíes,
flotando en el estanque de mi ser celestial,
en mi palpitante interés por sentirte mi luna de fulgor.
Flor de loto, ansiedad amarilla produces
en mi cintura, cuando la aprietas contra la tuya,
vibraciones inmersas en tu vientre de conchas
de porcelana fina, saeta de mis cantares, vino de mi vida.
Soy torpe, amor, sin delicadeza de lirio,
soy más bien esparto, quiero ser fantasma y jugar
con tu alma, deseo sientas un vendaval que te atraviesa
el cuerpo como una flecha de Robin Hood,
sembrar flores húmedas en tu jardín.
Ser tu huésped, y tú mi dueña,
quiero seas un ramo de margaritas
que embellezca mi mesa de noche;
poder besarte eternamente con mis labios
tersos, suaves, como un racimo de uvas
o como la piel de una ciruela brillante,
guirnalda en su árbol.
Quiero seas mi espíritu y yo
el conductor de tu sueño hacia lugares
donde no exista el tiempo, seamos tu y yo
principio y fin del día.