AMOR 31 : CUANDO LA VI
Cuando te vi mis pestañas
cayeron del Kilimanjaro, mis manos
se ahuecan,
un sudor frío entrando en mi cuerpo,
me eriza, cómo si las espinas
nacieran de mí.
Una corriente extraña,
un ser que me destruye,
me convierte en rayo,
una verdad iluminada
por la llama de la pasión
en cualquier esquina,
en alguna parte olvidada.
Nostalgia y melancolía
de una melodía
que circula por la sangre,
esbeltez de un tiempo,
de una época, bebida
en copas de buen vino,
una delicia enmohecida
en una botella traslúcida.
Manjares de mi mente,
medusas en mis labios,
ostracismo de lo inerte,
bendición en lo lascivo;
corriente que me recorre
como el rayo de la noche.
Bendiciones que estallan,
piernas temblorosas, bailando felices
como el corazón,
cuando se duerme y sueña
y cuando sueña, se convierte en poesía.
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