LLEGADA
Vagando por las calles solitarias, errante
como un alma en pena esperaba tu llegada
Un hombre barbudo, en pijama, sobre el suelo
tirado dormitaba a la luz de la luna
era un sauce jugando a escondidas
con el cansado sol del atardecer
Sentí miedo, como los pájaros
cuando ven los nubarrones negros
presagio de lluvia, vientos desafiantes
rayos en penumbra sobre la muralla
disfrazada de musgo que reflejaba
mi grácil figura como el proyector de cine
la película.
Te vi en la lontananza, como el ocaso
del día o el fulgor de la mañana
con ropa de verano, frío sintieron mis huesos
como si estuviese en una cripta o en una sierra
llena de nieve con ventisca.
Te acercaste como los pájaros
se acercan a las nubes
revoloteando, contenta, ufana,
tu cara era de nácar
de marfil, no sé de lo qué era
pero me extasiaba
contemplar aquella figura tan hermosa
como las rosas o los claveles del cielo.
Nos abrazamos como se abrazan dos nubes
en su encuentro; ese tacto oscuro me llevó
a sentir espumas en tu cuerpo
que era aceite flotando sobre el agua
eras pez en mi río.
Esa noche fue la noche del alma
de la dulzura, del amor en calma
necesitado de ti, te apuré hasta la mañana
cuando el sol despertó y te vi sobre mi almohada
las lágrimas de felicidad caían y los rayos del sol
las secaban.
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