MELANCÓLICOS 66 : SOMETIDO A TU INFLUJO
Sometido a tu influjo
anulado mi sentimiento,
palabras muertas abrazan
los besos huyendo cuan gritos ahogados
del trino de un pájaro inexistente.
Hay palabras que reconozco
sin bordes, ni sonido
acariciando la luz de almohada apagada,
temblorosa ante la visión de los ángeles
surgidos de la oquedad oscura del castigo.
Deambulando cuan náufrago
asido a su tabla de salvación
mis delirios son fatiga que mi frente oprime
luz crepuscular de lágrimas esparcidas.
El viento de nuestra pena
llora la agonía
por las laderas del mundo
ya no da sombra el bosque
ni el sol brilla en tu cabello.
Aquellas horas mórbidas de embriaguez
son recuerdos alimentados de ceniza
rugidos de mi garganta,
delirios complaciendo el ruego del ciprés.
Daga cruel arrastrando el prado yermo
la montaña ya no es gris,
volviéndose eternamente blanca;
el sudor se convirtió en sangre
y la felicidad en sollozos.
El monstruo de la angustia
blande mis turbios ojos
desnudando mi cuerpo,
como una mirada en llama recurrente.
Ojos abiertos, como luceros, en la madrugada
y la necesidad de volver a despertar
sobre tu vientre y tus perfumados cabellos.
Espero el optimismo venza a la tristeza
y mi alcoba vuelva a recuperar el olor
de las frescas selvas.