DESAMOR 2: HABITACIÓN VACÍA
Qué desidia, qué lamento
encontrar una cama desierta
como si fuese un desierto,
donde había alegría y las estrellas
descendían a nuestro encuentro.
El espejo no reluce, está viejo
como nuestro amor envejecido
a causa de aquel viento que te llevó
esparciendo por no sé dónde tus sentimientos.
No hay aire, está viciado de llantos
viendo nuestros momentos, aquellos
que revitalizaron mi vida, hoy son espumas
que se volatilizan, ríos revueltos.
Corazón arrugado, hastío aletargado,
habitación oscura, sol en penumbra,
sillón polvoriento, en una nube de soledad
voy volando sin saber adónde.
Esa soledad que sube por la cuesta
de mi vereda, cansada de estar siempre activa,
ya ni se enciende, también está muerta.
Ese amor me dejó muerto en vida,
hoy, como todos los días, mi invierno frío
perdura, a pesar de los años pasados.