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MELANCÓLICOS 17 : ¿QUÉ ME CUENTAS ESTA NOCHE?


 


MELANCÓLICOS 17  : ¿QUÉ ME CUENTAS ESTA NOCHE?


¿Qué me cuentas esta noche?

¿Dónde te has metido arpa insonora?. 

Buscando tus tesoros emigro con las aves 

pudientes, con caracoles y cangrejos.


Oh corazón desvelado, siente mi cuerpo helado, 

calienta este trozo de roca, que hielo hervido parece.

Ventisca desolada, andas alocada, buscando 

mi mundo ardiente de sal y yodo.


Pero te equivocas, lo buscas en el monte, 

es en la mar de plata, su espuma blanca

la lleva en bandeja de esmeraldas, 


¡Ay sal salada!


Que en mi alma eres roca 

y yo ensalada en tu boca 

de comensal de ayuno, en lugares 

de vianda fácil, tal vez bajo el manto de la luna.


Te tengo en mi cama desangelada, 

ángel abandonado entre las sábanas sombrías

de las tinieblas pensando en el pecado. 


y éste no venía, mariposa sin colores , 

corazón hercúleo ven conmigo, hagamos una fiesta

de trasiego a través de ondas hertzianas. 


Te deseo tanto amor, que estoy hecho un lío 

entre ventiscas, camas y tinieblas,

¿Pero dónde estás?, no te percibo.



AMOR 50 : CABEZA BLANCA, VOLCÁN DE FUEGO




 


AMOR 50 : CABEZA BLANCA, VOLCÁN DE FUEGO 


En tu cabeza blanca, 

nieve gozosa, derritiéndose; 

como tú, cuando a ti me acerco, 

ojos de porcelana, corazón de gacela 

en un oasis seco .


En tu cara velo de nácar 

levemente susurrando con su vaivén 

a tu mejilla, como yo te beso deslizando 

mis finos labios en tu rostro de princesa .


En tu cuello, jugo de fresa, rojo fuego, 

cómo mí amor ardiendo por ti; 

alma sedienta de locura desmedida 

en un manantial sereno.


En tus montañas , racimos de uvas 

vertiendo su jugo divino

Dulce como el azúcar , denso como el cielo, 

atado a ti mi corcel del tiempo. 


En tu vientre, plantaciones tropicales,

con bosques frondosos, manantiales claros , 

donde reflejamos nuestra pasión secreta, 

jugo de vanidades incierto.


Entre tus piernas, quiero ser el bombero 

que apague tu fuego, manguera de placer interno, 

contorneando nuestro efímero amor 

por las laderas del infierno, 

ardiendo nuestros lamentos 

en el fuego eterno.



 

 



MELANCÓLICOS 16 : HOY EN MI OQUEDAD CELESTE


 


MELANCÓLICOS 16 : HOY EN MI OQUEDAD CELESTE


Hoy en mi oquedad celeste

que parece ceniza, principio de la niebla

por la calima africana que nos envuelve,

el mar es una hoguera desvanecida

con colores de muerte.


Esto contemplo desde mi cristal

el jardín moribundo, de la sequía;

las nubes están peleadas con la Axarquía

un desierto de polvo y tropicales

incrustados en el alma mía.


Ese vacío siento en mi corazón

deshilachado de melancolía, hay otros momentos

de verdor extremo, donde las hormigas salen de su rutina

en el hormiguero, desfilando cuán ejército solidario;

ojalá fuésemos así aquí en el cielo, perdón en la Tierra.


Me estremece sentir ese vacío de amor

porque la soledad se apodera de mi bostezar amargo

y penetro en la profundidad de la tristeza

abismos que la vista quiebra.


Me asedian las sombras, tu cuerpo es niebla

ni lo veo, ni lo siento, es una herida convertida

en sal amarga, en vez de alabastro digno de rayos pálidos

de la luna, también cercada de presagios 

donde se acurruca mi pena.


Hoy es un día gris plomizo, en mi corazón

y mi alma, susurros de desconsuelo

día oscuro y frío en el que veo mis lagunas,

porque me siento vencedor a la muerte.











MELANCÓLICOS 15 : ME EXTASIO EN LAS OLAS DE TU VIENTRE



 MELANCÓLICOS 15 : ME EXTASIO EN LAS OLAS DE TU VIENTRE

Me extasío en las olas de tu vientre

donde nada acaba, donde nada persiste

¡Ay mi musa! dormida en el relente de la urna

donde el amor naufragando, muere.


Veo reflejos en tu tez donde el mundo se detiene,

agrestes lugares donde hombres y mujeres

se balancean, corriente irresistible,

fuego que incendia mi ser de cometa 

donde la lujuria se ceba con heridas 

que no sanan, monstruosidades esparciendo

lluvias y escarchas.


Cuando los nocturnos rayos nos atrapen

sobre el polvo cósmico de tu cabello, y amanezca

un nuevo día sobre la bóveda azul pálida, nuestra pasión

de aguaceros que golpean los cristales, se habrá extinguido

en una selva de estrellas y luceros.


MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO


 


MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO


Aquí yazgo solo, entre tinieblas

entre humedades y rastrojos

sobre manantiales secos y frescos

bajo los floridos almendros.


Mi vida ha sido rayo, volé como el viento

cabalgué sobre caminos sagrados, 

crucé el destierro de los desheredados 

de la tierra, oyendo sus gritos lastimeros.


Sacrifiqué mis días de frescura, cuando 

las fiestas duraban días y las preocupaciones

estaban exentas de pasar por caja, eran porciones

del tiempo de algarabía y oleaje tenso.


Anduve por la ciudad deprimida, asfixiada

de humos, con dolor en la cabeza de los ruidos,

estresado, el tiempo era un avión de combate

rompiendo la barrera del sonido.


Intenté ser semilla, en vez de páramo

vida nueva en vez de fracaso exonerado,

de bailar en las barras de los bares

no ser rata de cloaca, ni saliva envenenada.


Amé como aman los pájaros su libertad

como el río su valle, como la montaña a la nieve

como el amante a la amada, como el fresco al verano

radiante de felicidad que vivíamos antaño.


Me quedé sin vista, sin gusto, sin olfato

fui perdiendo los sentidos de la vida

la belleza del alma, el amor del corazón

incluso la pena y la angustia.


La claridad se volvió neblina

el amor sarcasmo

la rutina era mi aliada

mejor estar aquí donde yazgo

junto con mis hermanos del pasado.




MELANCÓLICOS 13 : EN LOS ECOS DE LA NOCHE

 




MELANCÓLICOS 13 :  EN LOS ECOS DE LA NOCHE


En los ecos de la noche, 

van envueltos mis pensamientos

girando sobre la luna, como una bruja

con su escoba de oro de Capadocia.


Hay en mi luz un resplandor de sentimiento frío,

un corazón cautivo, un suspiro que llama

a la tristeza, un amor entrelazado a los susurros

palpitantes de la vida, de ostracismo, de grano de arena.


¡Vete! demonio del desapego, necesito olvidarte,

echarte de mi sangre, veneno que la muerte traes

a mi escalera, súbitamente, como las nubes 

tapan el sol de la tierra y en penumbra la dejan.


No juegues conmigo capricho de la maldad,

penumbra de mi alma cariacontecida;

¿adónde vas solitaria y sin guía?,

acaso pretendes acabar con el silente cielo

que me alberga.


¡Oh!, luz de fuego, quimera de mi ocaso; 

te maldigo, eres un maremoto en mi cuerpo,

las alegres amapolas del jardín lloran mi hastío,

enigma infinito de la creación eres, cloaca

de los sentimientos, un dolor derramando tormentos.


Soledad, vete, quiero luz y alegría serena,

caudal de pétalos en mi cama, noches de Perseidas

en mi corazón sediento de complacencia, en este

sumirme en la locura, a la que me estás sometiendo.



MELANCÓLICOS 12 : EL SENTIMIENTO DE LA SOLEDAD


 

MELANCÓLICOS 12 : EL SENTIMIENTO DE LA SOLEDAD


El sentimiento de soledad es más profundo que el propio hecho.

He olvidado tus huellas, ya no están en mi ventana,

ni en el alféizar; se han ido a vivir al paraíso del sueño,

son melodías inacabadas, cuervo negro que no pica.


Soy velero en un mar de espinas, ocultando mis penas,

mis manos derraman sangre, cada verso, cada letra

que escribo, es un pétalo de rosa enviado con el viento

una carta que nunca llega a su destino, un árbol carcomido.


Eres cigarra sin alas, agitando unas velas derruidas,

tu mirada ya no brilla, está opaca, como la niebla

cuando circula por los muelles, y no se divisan los barcos,

entonces, vuelvo a tomar mis vacíos para llenarlos de aliento, de vida.


Eres un monte que canta sus versos al viento,

una pena desgarrada, un susurro hiriente en la brisa, 

un amor que arde convirtiéndose en cenizas,

pesadillas en la noche oscura de las almas perdidas.


Eres oscuridad sin sol ni vida, un trozo de madera 

a la deriva, una copa de vino con éter, un atardecer

del crepúsculo, una roca curtida del viento que intento

soltar de mi mente, en este mundo de soledades, muerto.

 



MELANCÓLICOS 11 : TE PERDÍ

 


MELANCÓLICOS 11 : TE PERDÍ


Hoy el amor ha venido a llorar a mi lecho,

una nana encubierta de tristeza, 

bajo el manto de mis anhelos

le he cantado,

sombras cayendo sobre mi pecho.


Amor de ida y vuelta, pensamientos 

frustrados yendo al limbo del ocaso;

felicidad yerta en un mundo de valles primaverales,

ahora convertido en cementerios espectrales.


Te perdí como los árboles a sus hojas en otoño,

como la hojarasca volando con el viento

circula a otros lares, a ninguna parte;

ahora sueño con cometas dibujando 

tu nombre en los cristales.


Te he imaginado configurando tu figura

en las tinieblas, rompiendo cadenas

ser corazón libre, liberarme de esta condena

acotando mi tristeza, no quiero en mis pies

más sangre con espinas.


No vuelvas, ¿Dónde fuiste?

me dejaste helado, sin vida

alma errante en un paraíso sin luna

tengo el alma gris como el mar 

cuando lo azota la tormenta.


Pusiste cerrojo al camino, 

Hoy quieres abrirlo

La llave se fue contigo

Se convirtió en lamento.


Hoy, tu lago es una mancha azul en el horizonte

no brilla como antaño, está de paso

y mis manos espumaderas de 

tu presencia, insinúan, que nuestros 

sueños se perdieron en el camino.


No vuelvas, quédate en tu destino.