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MELANCÓLICOS 55 : AÑORANZA

 



MELANCÓLICOS 55 : AÑORANZA


Añoro tus risas, tus abrazos y tu serenidad,

cual brisa suave acariciando mi alma en soledad.

Eres mi sol en el cielo de mis días turbios,

la estrella que guía mis pasos en la oscuridad de este túnel.


En cada suspiro, en cada latido de mi corazón,

resuena tu nombre como espuma ahogada en la arena

recordando que fuiste mi razón de amar,

mi refugio en los profundos corales de largos resplandores


Que vuelva a brillar tu luz sobre mi soledad dormida

que regreses cual aurora a iluminar mi cielo,

pues sin ti, mi estela es un mar sin rumbo,

un jardín marchito que anhela florecer.


Regresa a mí, oh fuente de marfiles blanquecinos

como el sol que retorna tras la noche que se desangra

y juntos, enlazados como la línea de la orilla a un golfo 

brillemos con fuerza al final de un túnel donde la luz aparece.


AMOR 81 : MORDÍA MI ALMOHADA

 



AMOR 81 : MORDÍA MI ALMOHADA


Mordía mi almohada, esperando tu llegada

eran horas interminables, mirando al espejo,

a mis gestos, bajo esa sensación sombría

de las tardes lánguidas, vacías del gris otoño.


Mi lecho era un pájaro sediento, de ti,

de tu aliento, de tu mirar sereno, como acontece

el anochecer suavemente, imperceptible a los

ojos centelleantes con los que aguardo el momento.


Bajo este cielo mordaz donde habito,

esta oscuridad aciaga llena de júbilo,

inmóvil, devorando el tiempo, esperando 

el devenir de lo efímero del placer, tendido

espero el vuelo de la gaviota sobre mi montaña muerta.


Las aguas mansas de tu aura se agitan,

como el mar con los vientos huracanados, 

melodía ardiente llenando esta oscuridad aciaga, 

estos minutos infinitos, 

este querer oír el timbre pero no llega esa orquídea

 para impregnar mi primavera de verdor y escarcha.


Quiero beberme tus labios ser el príncipe de tu cuento,

perderme en el rocío de tu cuerpo, ser la lámpara 

iluminando esta ansia de piel de seda, cielo rebosante,

trigales que florecen bajo las sábanas, alimentarte

con mis suspiros.


Sé que vendrás con fuego, 

apagando mi fuente del deseo de ser tuyo, 

sin mordazas, con puertas abiertas

agitando las aguas mansas y que este amor de atardecer,

sea un resplandor súbito que a las nubes alcance.




MELANCÓLICOS 54 : EN LA RUINAS DE UN AMOR


 

MELANCÓLICOS 54 : EN LA RUINAS DE UN AMOR


En las ruinas de un amor pasajero,

se esconden sombras de un ayer 

suspiros de risas en sombras de amor

mi corazón aún percibe la oscuridad y el silencio

caminando por las hojas del viento.


Marchitos quedan los recuerdos

de aquellos besos hirientes

y la llama de la distancia se apaga

con las cicatrices de mi piel.


Sollozos silenciosos de ojos desnudos.

que buscan en la oscuridad la luz perdida.

Lágrimas que  caen en la noche 

como estrellas que hablan sin palabras,

testigas mudas de la sed de las pasiones.


Las huellas de cada lágrima, 

son pisadas por mis zapatos desnudos

consuelos de promesas rotas

en el rincón de la desdicha.


Vestigios de pasión marchita,

se esconden en cada rincón de esta tristeza

donde las briznas de amor

se desvanecen en el aire,

como promesas rotas, sin reparo, 

sin gloria ni salvoconducto.


En la fatiga de mi alma cansada,

en la oscuridad de mi ser dolorido

habrá un destello de luz

una melodía de aurora

que romperá las cadenas del invierno

y nos elevará por encima de nuestro abismo.


MELANCÓLICOS 53 : VASTO RÍO DEL AMOR

 



MELANCÓLICOS 53 : VASTO RÍO DEL AMOR


Por el vasto río del amor

camina en un brioso corcel 

mi estela y la tuya 

tejida con seda de ausencia, 

alumbrada por hilos de sol de seda

y mecida por la brisa del jardín de las lágrimas.


Enjambre de néctar venido a menos, 

bandada de pájaros desarbolada, 

locura zigzagueante del arroyo de mi ansiedad

ebria de tus caricias, 

ausente de tus abrazos 

y caracoleando en nieblas grises

como el destino.


Clamores de terremoto driblando a la muerte, 

espiral de fábulas sin enseñanza, 

no encuentro el hilo 

que zurza estos delirios póstumos, 

llenos de franqueza 

y de un amplio espectro de osadía.


Silencio de la maldad en renglones de desilusión, 

terca esperanza, olvido, escándalo, 

zozobra en un mar de plástico. 


Llanto de la gloria, desdén de mis desdichas, 

pudor de las distancias, discriminaciones, 

presagio de sombras de campanario, 

tristeza de cuervo


Eres la antítesis de la alegría. 



AMOR 80 : TORRENTES DE AMOR


 

AMOR 80 : TORRENTES DE AMOR


Pálida luz que envuelves la fogosidad 

alumbra mi felicidad de torrente de anhelos,

abducido por tus indomables deseos de acabar

con mis noches invernales y convertirlas en veraniegas

ando como violeta en el jardín de la brisa perenne.


Hablemos con el tacto, quiero ser girasol

moverme con tu radiante amor de cereza;

seamos manjares compartidos, melocotones, duraznos

plátanos, en una fiesta colorida en la alborada

cuando los caracoles duermen en su gruta de ensueño.


Seamos agua y barco, agua que bañe tu dulzura;

barco navegando entre tus ondas de porcelana fina

puerto donde florecen las flores exóticas. 

Tú y yo un bote sin remo en la inmensidad del océano

inhalando nuestra fragancia de suaves pétalos.


Sol descendiendo hasta tu cabello de rulos,

de azahar amarillento;

lágrimas de nube recorriendo tu ingenuo escote,

de camisa blanca zurcida a tu cuerpo,

dejando entrever tus maravillosos

monumentos de artistas del Renacimiento.


Contigo lo quiero todo, sin ti no hay nada;

acariciar tu cuerpo, oír tus susurros en mis oídos

de anacardos sedientos de ti,

de tu humanidad hecha amor,

descubrir tus secretos, los sonidos de tus lagos,

adentrarme en tus caramelos de fresa,

ser un coctel, que emborrache nuestros pasiones

con copas de amor eterno.

 


GENERALES 52 : REFLEXIONES


 


GENERALES 52 : REFLEXIONES


Yo que canto a la libertad del espíritu,

enredadera de mi cabello gris, 

verdades irrefutables de la vida misteriosa

cabalgando en carretas aladas.


Rodeado como las penínsulas de necios impíos,

sin saber distinguir la vaca del lechero,

ni la soledad de la risa, amando 

los pensamientos estercolados de la vida.


Una serenata, un ejército de hormigas solidarias,

el desnudo de Miguel Ángel, los romances de Lorca,

la vanidad de la sinrazón matando 

a los que cantan la belleza.


La cascada que baja cristalina, con acordes 

celestiales encantando al roble mudo y solitario.

baja con lengua de amianto cancerígeno.


¡Oh!, amor mío, quizás haya morada embaucadora

más hermosa que la tuya, ojos verdes de bosque,

de selva incontrolable, de libertad escrita en tus carnes,

trémulas, cuando te visita la flor del día.


Amor de cantares de gesta, de trovadores, 

¿ilusos de la cultura?, gladiadores del bienestar del pueblo

esperpentos de sus historias, melancólicos, borrachos,

gente sin patria, cuervos llenos de sabiduría.


Años vacíos, de mentes de algodón, viajando

en trenes de materialismo superfluo

¿Dónde está la belleza?, 

se me escapa de los dedos en una playa desierta, 

bamboleando con la espuma de las olas.


Poetas que cantáis a lo sublime, olvidad las cadenas,

cantad a la utopía, al amor, la libertad, la brisa sin aire,

el amor de los pobres, la sanidad del alma,

las verdades tautológicas de los humanos

deambulando por la vida.




AMOR 79 : VEN A MÍ MUJER


 


AMOR 79 : VEN A MÍ MUJER


Mujer sublime, concha marina 

sobre la que quiero poner mi ofrenda

¿Dónde está tu altar? 

llévame de tu mano, caminando con altivez, 

como una modelo en la pasarela de tu fuego, 

de tu rebeldía erosionada.


Mujer de todas las épocas, de mis tinieblas,

sueños obscenos de flores desaparecidas,

sobre tu cuerpo tiemblan los luceros 

y las estrellas se santiguan, 

fiesta de luces tenues es tu delicadeza.


Tu palabra golpea sobre mi pecho de pétalo de azahar

de amarillento limonero, de pico terso 

de pecho de fresa

donde mis manos se deslizan apurando

tu aliento de musa, la textura de algodón de tu piel.


Quiero ser primavera en tus noches vacías 

la avispa que vuele a tu nido cuando estés desahuciada

y fría, ola que se convierta en tallo envolvente para abrazarte

como la hiedra se agarra a la pared para ascender, 

así quiero asirme a ti, trigo con surcos, alimento vital.


Acuéstate conmigo sobre mi parábola de vida,

sobre la pradera de mi espalda, suave y musculada;

seré tu abrigo, el mimo que te de cobijo bajo mi manto

de exequias y reliquias que nunca has conocido.


Ven conmigo hasta el infinito.