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MIS PÉTALOS SON LA SINFONÍA

 



MIS PÉTALOS SON LA SINFONÍA

Nacida de rocalla soy,

la turquesa orquídea,

mi ser se nutre de la belleza y la alegría

en las altas montañas y en las planicies,

van mis rumbos de aroma al viento, mis delicias.


Mis pétalos son la sinfonía de colores,

que bailan al compás de la brisa,

mi fragancia embriaga los sentidos

y en mi presencia todo se torna suave.

 

Soy la esencia de la primavera eterna,

la flor que florece en cada corazón,

mi belleza es infinita, como el amor,

que nace en el jardín de la pasión.

 

Las mariposas danzan a mi alrededor,

los pájaros cantan en mi honor

soy la flor más hermosa, la más pura,

la que simboliza el renacer y la ternura.

 

Nacida de flores soy, en mí crece la vida,

soy la orquídea, la más querida

En cada pétalo guardo un secreto,

de amor y esperanza.

 

Soy la flor que nunca se marchita,

la que florece en el jardín del alma

nacida de flores soy, etérea y divina,

en mí se encuentran la paz y la armonía.

 

AMOR 84: SALISTE DEL AGUA RADIANTE


 

AMOR 84: SALISTE DEL AGUA RADIANTE

 

Saliste del agua radiante

como un sol naciendo en el horizonte

su brillo se refleja en tus ojos

estallando la luz en tu armonía.

 

Se estremece en tu cuerpo

una sinfonía de destellos y reflejos

un manto de belleza que te abraza,

envolviéndote en tu misterio de espina de rosa.

 

Túnel donde navego, 

tu fuego es la casa que habito,

mis velas izo al viento 

y tu olor me hechiza.


La fragancia de la desembocadura de tu alma

me envuelve en su aliento de beso.

 

Entre sombras y misterios, 

sobre húmeda tiniebla,

mi barca va surcando 

por un mar de orquídeas,

río de mis recuerdos acompañado 

de jazmines y sueños 

que estoy abrazando como el aire te atrapa.

 

La luz al final del camino 

es pálida como el sol

que nos alumbra.

Me llama con su brillo

y en ese instante divino, cuan árbol de lluvia

siento que todo se hace sencillo, 

es una balsa en el lecho de mi corazón.

 

El aroma a libertad, nenúfares, cisnes

se mezcla con la brisa marina, yodada, salada

como tus entrañas;

y en este viaje sin final

mi alma encuentra el albor de la dicha.

 

Fragancia de la desembocadura, cristal eterno,

me lleva hacia el fuego de tus deseos.


AMOR 83: COLMENA FRESCA


 

AMOR 83: COLMENA FRESCA


Colmena de fresca miel,

aleteo en tu morada

como el humo se retuerce en el cielo

al salir por el negro agujero.


Soy el bienaventurado, el ganador de la batalla

brazos de hiedra, tentáculos como pinzas,

adormidera cuando me acaricias

como las abejas acarician a las rosas.

 

La desnudez ebria de tus labios

se posa en mis pestañas

aleteo de aves, tierra silenciosa,

herida sanando.

 

Ilusión y vértigo cuando penetro en tus ojos profundos

riqueza de diamante bruto,

luceros que sobreviven a la muerte,

rocío derramándose lentamente de placer sublime.

 

Derrapo por tu vientre

como un tobogán en un parque,

savia de sangre que me recorre

como la brisa marina

recorre las costas onduladas de tu cuerpo.


Arena mojada, errante en la noche,

torbellino de luz mirando al cielo

el sexo levita entre las gaviotas y la espuma.


Galope de yegua, mi alma perturbas con tu sutileza

tus cabellos al aire, abanicos de colores sumidos

en huracanes furiosos, tu alma, amor mío

sin sed y sin brío se duerme junto a mi muslo.

 


MELANCÓLICOS 55: AÑORANZA

 


MELANCÓLICOS 55: AÑORANZA

 

Añoro tus risas, tus abrazos llenos de serenidad,

cual brisa suave acariciando mi alma en noches de plenilunio.

Eres mi sol, el cielo de mis días turbios,

la estrella que guía mis pasos en la oscuridad de este túnel.

 

En cada suspiro,

en cada brisa que oxigena mi corazón,

resuena tu nombre como espuma ahogada en la arena

recordando que eres mi razón de amar,

mi refugio en los profundos corales.

 

Vuelve a brillar tu luz sobre mi soledad dormida

regresando cual aurora a iluminar mi cielo,

pues sin ti, mi estela es un mar sin rumbo,

un jardín marchito que anhela florecer.

 

Regresa a mí,

oh fuente de marfiles blanquecinos

como la vida que retorna tras la noche que se desangra.

Y juntos, enlazados como la línea de la orilla a un golfo 

brillemos al final de un túnel donde la luz aparece.


AMOR 212: TE DESNUDO AMOR


 

TE DESNUDO AMOR

Amor, tu belleza son las olas de mi mar, 
un borde de luz es tu sonrisa.
Un dulce sonido latiendo de forma sincera
en los arrabales de tus brazos me he convertido.
 
Irradias en mí tu felicidad, 
en tus ojos brilla el día,
la esperanza se convierte en el brillo de tu mar, 
mis sombras se disipan, se vuelven deseo, 
te desnudo en el pico de un pájaro
con el elixir de la savia de mis manos.
 
Te siento como algo que supera lo prohibido
como un sueño oculto en la memoria de mis anhelos, 
si el cielo te trajo, bienvenida, 
en tu ser, mi alma se alumbra.
 
Por pensar así, la felicidad se imanta en mi cuerpo, 
porque en cada caricia florece el destino, 
nuestros corazones hacen del amor un viaje, 
la belleza bailando al compás de delirio de tus labios.
 
Amor, ansia de mi jardín, puente que socorre mi devenir
das vida a mis horas, a mi andar cansino, 
y mientras el mundo gira aturdido, 
contigo en mis brazos, todo es una dulce voz de susurros
 
Amores sumidos
en el celeste mundo enfebrecido
La música hace bailar al bosque del olvido.
 
El goce del placer, la redención de la armonía
asciende dulcemente por mi cuerpo
Y me dejas tu cuerpo imantado por el latido del deseo

MELANCÓLICOS 54 : RUINAS DE UN AMOR (Editado)


 


MELANCÓLICOS 54 : RUINAS DE UN AMOR (editado)


En las ruinas de un amor pasajero,  

bailan frágiles cartas

dibujando sueños en cantos rodados.


Las piedras gritan lamentos,

incisiones de amores se desgajan:

un latido, un adiós,

el tiempo de esas ruinas duele

y el olvido de mi piel estremece a las sombras.


Suspiros de risas que el viento acaricia,  

recuerdos flotando en el corazón del atardecer,  

un rayo aferrado a la chispa del amor

un te quiero distante transforma la noche

en un hilo de acero.


Mi corazón navega en los lamentos de las venas

cuando el dolor lo abraza,

y las memorias son duelos que, aunque duelen,

no traspasan mis lágrimas.


Destraba los enredos de estos escombros,

comparte la luz con mis ojos desnudos,

rompe las cadenas del invierno,

elévate por encima de la sed muda

de las pasiones donde las palabras mueren.





MELANCÓLICOS 66 : SOMETIDO A TU INFLUJO


 

MELANCÓLICOS 66 : SOMETIDO A TU INFLUJO


Sometido a tu  influjo

anulado mi sentimiento, 

palabras muertas abrazan

los besos huyendo cuan gritos ahogados

del trino de un pájaro inexistente.


Hay palabras que reconozco

sin bordes, ni sonido

acariciando la luz de almohada apagada,

temblorosa ante la visión de los ángeles

surgidos de la oquedad oscura del castigo.


Deambulando cuan náufrago 

asido a su tabla de salvación

mis delirios son fatiga que mi frente oprime

luz crepuscular de lágrimas esparcidas.


El viento de nuestra pena

llora la agonía

por las laderas del mundo

ya no da sombra el bosque

ni el sol brilla en tu cabello.


Aquellas horas mórbidas de embriaguez

son recuerdos alimentados de ceniza

rugidos de mi garganta,

delirios complaciendo el ruego del ciprés.


Daga cruel arrastrando el prado yermo

la montaña ya no es gris, 

volviéndose eternamente blanca;

el sudor se convirtió en sangre

y la felicidad en sollozos.


El monstruo de la angustia 

blande mis turbios ojos

desnudando mi cuerpo,

como una mirada en llama recurrente.


Ojos abiertos, como luceros, en la madrugada

y la necesidad de volver a despertar

sobre tu vientre y tus perfumados cabellos.


Espero el optimismo venza a la tristeza

y mi alcoba vuelva a recuperar el olor

de las frescas selvas.