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MELANCÓLICOS 38 : SI TÚ TE ALEJAS


 

MELANCÓLICOS 38 : SI TÚ TE ALEJAS


Si tú te alejas, 

no sé si las rosas de mi jardín volverán a brillar, 

o perecerán con tus cenizas

tu perfume no volverá a despertarme con su fragancia

sólo quedará su indolente olor en mis sábanas.


Si te marchas, 

flor de mis ansiedades nocturnas

quedaré silente, frustrado, buscándote en mi agonía 

y el colibrí no volverá a posarse  en mis pacíficos blancos 

como tú, ternura mía.


Si te vas 

con otro sol, otras nubes, 

serás fruto que se desprende maduro 

cuando ya ha absorbido todos los nutrientes 

y deja al árbol desguarnecido, 

se ha ido parte de su vida.


Cuando no estás, 

soy pez de aguas profundas

nadando tranquilo aunque haya maremoto en la superficie

no existe el miedo, se ha desvanecido, como un soldado

abatido en una guerra sin sentido.


Cuando vuelas 

de mi lado, sólo quedan tristes días

la luna ya no es espejo, solo melancolía, 

los días son opacos y fríos.

Necesito aprender de nuevo el arte de la felicidad

las angustias deben ser borradas

de las hojas de mi calendario.


Aunque nunca lo confiese, 

siempre estarás en mi sangre

en mi devenir del día a día, 

te veré en el árbol, en la montaña

circularán por el riachuelo de mi alma, 

porque la dicha que me diste 

debe permanecer para siempre guardada

en el cristal de la añoranza.




MELANCÓLICOS 40 : ESTACIÓN DE LOS RECUERDOS

 



MELANCÓLICOS 40 : ESTACIÓN DE LOS RECUERDOS


Vida de mi ensombrecida alma

hoy, mirándote pensando en el valle

sobre el que comienza mi existencia

tiembla mi humanidad


Al llegar la estación del recuerdo, muchos 

se agolpan en mi mente, el aroma de las flores, 

el tibio calor de la tarde,

aquellas largas caminatas en mi adolescencia

hacia donde el día se para.

 

Recuerdo con nostalgia esos momentos 

que no sabes apreciar en la juventud.

La caricia suave y fresca de la brisa

con aroma a limones, la candidez 

de las personas, días duros de trabajo

pero compensados al ver la naturaleza fluyendo 

bajo tus pasos, 

bajo tu mirada que miraba y no estaba. 

Estabas en otro lado, imaginando sueños dorados.  


Bajo la sombra de aquella zarzamora, 

en aquella oquedad, silenciosa, de otro mundo

refugio de mis pensamientos de adolescente

donde las ideas vuelan, son fantasías, maravillas ocultas de la vida 


Evocando aquellos días de verano.


El cantar de los pájaros, las nubes fieles compañeras

de mis caminatas, testigas silenciosas de mis quimeras

secretos de mi nostalgia que me lleva a islas esmeralda,

símbolo de mar en calma.


Ya, tú formas parte de mis recuerdos

eres una esencia en mi vida, una estación

de sueños, una brisa de pradera, un árbol

en la quietud del otoño, una mañana de primavera.


Veo caer las primeras hojas lentamente al suelo,

señal de la llegada del otoño.

Mi cuerpo, ávido, prisionero de tus brazos.

un beso atornillado, un suspiro en la noche,

un amor llevándome a la tierra prometida, 

tentación de hechicero.


Tu mirada ardiente es un destello de deseo,

que a mi alma inquieta, deja sin aliento.


Enrojecer la noche hasta que llegue el sueño.

con tus labios carmesí, tentación de hechicera,

provocan en mis sentidos ceguera,



MELANCÓLICOS 39 : ENTRE LOS GERANIOS…


 


MELANCÓLICOS 39 : ENTRE LOS GERANIOS…


Entre los geranios, tus lágrimas reposan

brillando como las estalagmitas de una cueva

de cuarzo, 

pobres flores, soportar tanto desvelo

sin tener ni siquiera un cuarto.


Cómo deshacer la fragancia con penas,

qué herida sin sangre sonríe y arde sin ser primavera,

no hay cántaros en la tierra

para apagar ese fuego.


Tocando el cielo, con la suavidad que me miras

cuando te sonrío, soy manantial sombrío

ascendiendo por tus penas, voy consumiendo

mi escarcha, para que brote de ti el frío.


Gruesa anaconda, pasión de mi concha,

qué cauce deshará este tormento; esta vanidad,

está quemándome como un zarzal en el arroyo

tardío de la tarde, que se consume como la antorcha

lentamente.


Tibieza de mi mar, andas revuelta, con un gran afligimiento,

malestar que me desborda, no me gusta nadar contracorriente

porque aumenta mi ceguera, y me pierdo por las laderas inertes

de tus sentimientos, cuando se retuercen.


Aprenderé a conocer la hermosura del aire, 

el candor de la pena, la espina de los rosales,

el fluir de la sangre que con la tarde fenece,

en el mar de los sueños de tu tristeza.


MELANCÓLICOS 38 : SI TÚ TE ALEJAS


 


MELANCÓLICOS 38 : SI TÚ TE ALEJAS


Si tú te alejas, 

no sé si las rosas de mi jardín volverán a brillar, 

o perecerán con tus cenizas

tu perfume no volverá a despertarme con su fragancia

sólo quedará su indolente olor en mis sábanas.


Si te marchas, 

flor de mis ansiedades nocturnas

quedaré silente, frustrado, buscándote en mi agonía 

y el colibrí no volverá a posarse  en mis pacíficos blancos 

como tú, ternura mía.


Si te vas 

con otro sol, otras nubes, 

serás fruto que se desprende maduro 

cuando ya ha absorbido todos los nutrientes 

y deja al árbol desguarnecido, 

se ha ido parte de su vida.


Cuando no estás, 

soy pez de aguas profundas

nadando tranquilo aunque haya maremoto en la superficie

no existe el miedo, se ha desvanecido, como un soldado

abatido en una guerra sin sentido.


Cuando vuelas 

de mi lado, sólo quedan tristes días

la luna ya no es espejo, solo melancolía, 

los días son opacos y fríos.

Necesito aprender de nuevo el arte de la felicidad

las angustias deben ser borradas

de las hojas de mi calendario.


Aunque nunca lo confiese, 

siempre estarás en mi sangre

en mi devenir del día a día, 

te veré en el árbol, en la montaña

circularán por el riachuelo de mi alma, 

porque la dicha que me diste 

debe permanecer para siempre guardada

en el cristal de la añoranza.






MELANCÓLICOS 37 : ME LEVANTO…


 


MELANCÓLICOS 37 : ME LEVANTO…


Me levanto con la aurora, 

contemplando la belleza del amanecer, 

en un solitario banco, lleno de polvo, 

de recuerdos que cubren su frágil madera.


En la quietud de las flores y algún gorjeo, la nostalgia

me abraza, como agua de lluvia o la niebla envolvente,

mágica, solitaria, como yo en esta mañana.


Un tono de penumbra me acompaña,

susurros de antaño se desvanecen, 

son ecos en el aire, no pasa el tiempo 

ni la espina clavada en mi costado, 

son serenatas cuando el sol se ha despertado.


Así corazón de esperanza llegas a mi,

posándote como la brisa sobre mis mejillas,

suspiro intenso, bocanada de aire deshaciéndose con el viento 

sobre mis mejillas sonrosadas, 

inocencia que encumbra al alma solitaria.


Mujer de hielo, manos frescas como brisas norteñas

sé brasa en mi chimenea sin carbón;

tráeme la lujuria, el pecado, en un forro de esperanza

no quiero traficar las caricias, emborráchame de pasión;

mujer velero abrázame en este rincón.


Resplandece mi morada con los rayos de tu sol

soy nube de flores suspirando por ti, hechizo de luna

llévame al paraíso donde vivamos tú y yo

lejos del manzano de la perdición.


MELANCÓLICOS 36 : AMISTADES…


 

MELANCÓLICOS 36 : AMISTADES…


¡Oh amiga! silenciosa y muda,

testigo de mi llegada a la luna,

historia de mi vida, vaina encendida,

eres un pistilo viviente; 

convertida en milagro, petrificada.


¡Oh amiga! eres mi despegue,

un avión de plástico volando

con el viento, que guarda mil  historias,

en cada uno de los recovecos que azota

con su tormento.


¡Oh amiga! atraviesa el sonido,

trae tus colores a mis pupilas,

revolotea sobre mis sentidos,

sé un enigma que se desliza 

entre mis sombras infinitas.


Alegras las notas de mi mar,

palpitando tus flores melodiosas;

eres mi cielo volando, mi alegre euforia;

caminos de vida compartidos 

en calles empedradas de sutileza.


Soy pecado de tus sentidos,

órdago de tu infinito, floración de tu jardín;

soledad, amor, tristeza, empatía,

una luz salida del alma que te arrulla;

la escuchas y patinas, la lees y dinamita tu cuerpo;

si me hundo en la ría, tus alas de colores

se posan en una flor que se deshoja.


Risas al al atardecer, tiempo cristalizado,

capullo alumbrando tu vida soy, tímida claridad

que me acongoja, indiferencia que me lastima,

tus no, son mi tristeza melancólica 

servida en sorbos de alegría.


Mi ansia, una garganta inagotable 

llamándote y no vienes; eres éxtasis del sonido que no llega;

contigo quisiera viajar en olas de nostalgia 

donde se proyecte nuestra vida 

en una pantalla de lujuria.


Cama de sauce, vientre de petunia, 

no paro de pensarte, mis tristezas las disimulo 

cuando te canto.


Eres mi miedo guardado en la maleta

una estación aparcada en mi mente

que te desea, bajo el manto

de una noche estrellada, silenciosa

y muda, donde dejes de ser un milagro petrificado

y te conviertas en sueño dorado.