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CUANDO ME DETENGO



 CUANDO ME DETENGO


Cuando me detengo en la pulpa de tus labios

los acaricio con las yemas sensoriales de buen catador

el eco de tus suspiros se mezcla 

con los latidos de mi pecho

abrazando la melancolía que nos une en silencio.

 

En cada frase

se enciende el suspiro de la mañana

se condensa la pasión de la noche

de un amor que trasciende la distancia.

 

En los veranos surtidores en luna de ángel

presencia de montañas sin penitencia

y el mar donde desaparecen las sombras

son reflejos de arcoíris en mi memoria.

 

Ahora tu tierra no es de nadie

habla la mirada de amaneceres sombríos

en la escasez de los días sin lluvia

entrando el frío por la ventana.

 

¿Para qué hablar, si el sentir se expresa,

con el roce de una lujuriosa luna?

¿Para qué gastar palabras con escasez de relincho?

Los gestos de cuerpo,

hablan más fuerte que mil vocablos hambrientos.

 

Silencio, guardemos silencio

en la urna de derrotas puntuales

donde se ausentan los espejos

no hacen falta fonemas, ni verbos conjugados

cuando el alma se desnuda sin ser juzgada.

 

Mariposas volaban en mi sueño

Y por la era se fueron marchando los recuerdos

 

 

MELANCÓLICOS 58: MOMENTOS NO VIVIDOS

 


MELANCÓLICOS 58: MOMENTOS NO VIVIDOS

 ¿Qué ocurre con las palabras 

inundadas de silencios?

esos atardeceres que pasando

desapercibidos son el elixir de un canto de sirena.


 Palabras de amor no dichas, 

son fantasmas

en la inmensidad de la vida.

Rocas en un pedestal de cartas de adiós

habitando sin brillo ni esplendor donde el insomnio goza.

 

El abandono de la verdad

surcando la vía de lo oculto,

cimas inexploradas, sed de amenazas;

agua brotando de la riqueza espiritual 

en las interioridades de nuestro quehacer cotidiano.

 

Lanzas hechizadas, colmillos desgastados

lo insólito de la soledad, las noches profundas

la niebla envolviendo el cuerpo, amores deshechos

cartas rotas en la estación del olvido.

 

Amores lascivos

con miradas furtivas faltos de entrega,

sangre alborotada de corazones fraternos

en momentos de luz y de rayos estridentes.

 

Fuegos del cielo, atravesando nuestra aura

encendiendo de cálido cobijo el vértigo

que nos alimenta.

 

Amar dejándose llevar por el viento inmaculado

de la pasión de las palabras 

que aceleran la pasión de las mil y una noches

según la rescatada estela de la luz sorprendida.

 

Tierra árida convertida en fértil,

caminar donde no había caminos

surcar los mares volando

amar, amar como yo te estoy amando.



MELANCÓLICOS 56 : PALABRAS SUICIDAS


 

PALABRAS SUICIDAS

Hay palabras suicidas 

donde fallece el esplendor del cielo

cuchillos afilados que desgarran

son metamorfosis de maremotos muertos.


Palabras subyacentes en el hielo de los recuerdos

llevándose la ternura con un viento dolorido

donde las nubes acechan entre lunas de tiniebla

clavándose en las cicatrices marcadas en mi piel.

 

Descubro el silencio de la maldad

entre la orfandad de mis días

en este corazón de rictus de cadena

vagabundo entre sombras diáfanas y luces oscuras.

 

Contemplo en el espejo de mis días

la lucha de la luz de mi otoño

por ocultar mis ojeras llenas de arrugas de volcán.

 

La ética depilada por la sonrisa del silencio

que habita detrás de mis orejas

y en la superficie de mi rostro cansado.

 

La abominable aberración del amor de tornado

donde mi sombra cae fulminada de hartazgo

donde el polvo, como manto de penas

que abriga el olvido, se asienta en suelo

como las oquedades vacías de los ausentes.

 

Veo en mi rostro un rictus desafiante

una víbora de ojos vacíos

reflejo de los sueños rotos

en un mundo de fotografía olvidada.

 


MELANCÓLICOS 55: AÑORANZA

 


MELANCÓLICOS 55: AÑORANZA

 

Añoro tus risas, tus abrazos llenos de serenidad,

cual brisa suave acariciando mi alma en noches de plenilunio.

Eres mi sol, el cielo de mis días turbios,

la estrella que guía mis pasos en la oscuridad de este túnel.

 

En cada suspiro,

en cada brisa que oxigena mi corazón,

resuena tu nombre como espuma ahogada en la arena

recordando que eres mi razón de amar,

mi refugio en los profundos corales.

 

Vuelve a brillar tu luz sobre mi soledad dormida

regresando cual aurora a iluminar mi cielo,

pues sin ti, mi estela es un mar sin rumbo,

un jardín marchito que anhela florecer.

 

Regresa a mí,

oh fuente de marfiles blanquecinos

como la vida que retorna tras la noche que se desangra.

Y juntos, enlazados como la línea de la orilla a un golfo 

brillemos al final de un túnel donde la luz aparece.


MELANCÓLICOS 54 : RUINAS DE UN AMOR (Editado)


 


MELANCÓLICOS 54 : RUINAS DE UN AMOR (editado)


En las ruinas de un amor pasajero,  

bailan frágiles cartas

dibujando sueños en cantos rodados.


Las piedras gritan lamentos,

incisiones de amores se desgajan:

un latido, un adiós,

el tiempo de esas ruinas duele

y el olvido de mi piel estremece a las sombras.


Suspiros de risas que el viento acaricia,  

recuerdos flotando en el corazón del atardecer,  

un rayo aferrado a la chispa del amor

un te quiero distante transforma la noche

en un hilo de acero.


Mi corazón navega en los lamentos de las venas

cuando el dolor lo abraza,

y las memorias son duelos que, aunque duelen,

no traspasan mis lágrimas.


Destraba los enredos de estos escombros,

comparte la luz con mis ojos desnudos,

rompe las cadenas del invierno,

elévate por encima de la sed muda

de las pasiones donde las palabras mueren.





MELANCÓLICOS 66 : SOMETIDO A TU INFLUJO


 

MELANCÓLICOS 66 : SOMETIDO A TU INFLUJO


Sometido a tu  influjo

anulado mi sentimiento, 

palabras muertas abrazan

los besos huyendo cuan gritos ahogados

del trino de un pájaro inexistente.


Hay palabras que reconozco

sin bordes, ni sonido

acariciando la luz de almohada apagada,

temblorosa ante la visión de los ángeles

surgidos de la oquedad oscura del castigo.


Deambulando cuan náufrago 

asido a su tabla de salvación

mis delirios son fatiga que mi frente oprime

luz crepuscular de lágrimas esparcidas.


El viento de nuestra pena

llora la agonía

por las laderas del mundo

ya no da sombra el bosque

ni el sol brilla en tu cabello.


Aquellas horas mórbidas de embriaguez

son recuerdos alimentados de ceniza

rugidos de mi garganta,

delirios complaciendo el ruego del ciprés.


Daga cruel arrastrando el prado yermo

la montaña ya no es gris, 

volviéndose eternamente blanca;

el sudor se convirtió en sangre

y la felicidad en sollozos.


El monstruo de la angustia 

blande mis turbios ojos

desnudando mi cuerpo,

como una mirada en llama recurrente.


Ojos abiertos, como luceros, en la madrugada

y la necesidad de volver a despertar

sobre tu vientre y tus perfumados cabellos.


Espero el optimismo venza a la tristeza

y mi alcoba vuelva a recuperar el olor

de las frescas selvas.


MELANCÓLICOS 65 : EL CORAZÓN DESTROZADO (2)

 



MELANCÓLICOS 65 : EL CORAZÓN DESTROZADO (2)


Tengo el corazón destrozado, 

la mente confundida

como rayo de sombra te marchaste

sin poder comprender ese halo de viento,

instante fugaz donde todo acaba.


Me diste el dolor de las lágrimas

la pesadez de los días largos, 

las noches de hierro, frías, interminables

eran losas pesadas, capullos sin rosas

en noches de escarcha.


Intentaba recordar las huellas felices,

la armonía de los corazones humanos,

tenue fragilidad perdida, entre gritos de lobo,

en la noche de las ánimas.


Cruel aceptación de la despedida,

de la pérdida de las noches de pasiones

entre gritos y gemidos nos bebíamos el tiempo,

pero todo se desvanecía ante la cruel realidad de tu partida.


Así el tiempo pasa

la ausencia de tu maldad desinfecta las heridas,

las aspas de mi luz esparcen los analgésicos

que todo lo cura.


Ya no necesito tu amor para ser feliz, 

pues conmigo me basto

y aunque duela recordarte, sé que fue lo mejor 

seguir caminos distintos.