GENERALES 4 : CÍCLICO
Siempre las mismas notas,
los mismos recuerdos,
sofocante calor, frío invierno.
Árboles desnudos,
otoño inmundo
árboles vivos,
con su capa de primavera
y su colorido de feria.
Por las mañanas
cuando el pájaro canta
aún con la oscuridad dentro de la noche,
salíamos a faenar al campo.
En verano tocaba magrear las cepas,
moverlas con tanto esmero
que parecían tus amantes,
arrancándoles de su alma,
a su hijo, el racimo de uvas
tersas y dulces como tus labios, cielo.
Esos cuerpos deshechos de no dormir,
curtidos como la roca del viento,
de la lluvia, lamentos y quejidos del día,
que iba viniendo lentamente
pero inexorable hacia nosotros.
El tiempo de oasis secos
tormentas sedientas
pasó por mi envenenado
corazón de espinas sin flores.
El río que bajaba mansamente
se llevó la inmundicia
que cabalgaba por mis venas,
me agarraba a la estaca atado sin reacción,
era un pájaro sin alas.
Ahora sobre aguas mansas
transcurre el barco de mi vida
Sin oleajes, ni marejadas,
ni mares gruesas,
revueltas ansiedades prescritas.
Como el viento se lleva
los nubarrones negros,
ese agua limpió
los peajes de mi autopista,
y hoy aparece ante mí,
la luz esplendorosa de la vida.