MI NACIMIENTO
Las flores contentas estaban
una noche de primavera
los tambores y clarines
sonaban a Semana Santa
El gallo cantaba a la madrugada
esa noche tibia y calma
Herodes había delatado, al maestro
de la libertad, el amor y la esperanza
En un hospital de pobres
una pareja habla con Dios
para que su flor, venga sana y salva
en aquella habitación de esperanza.
Sonó el clarín de madrugada
todos alerta, el timbre anunció
que la flor quería salir, ver la luz
y dejar la oscuridad
En mitad de la función
un río de sangre
las batas blancas, rojas se volvían
la flor se estaba marchitando
y su mamá no tenía agua para regarla.
Todo fue fugaz, como un rayo
pero dejó a mi madre con el corazón roto
sin tener más descendencia que la mía
por quedarse hueca y yerma
Mi progenitora se quedó sin poder soñar
con su flor más preciada
una que trenzas pudiera tener.
Se quedó con un niño
vestido de sol
al que arrulló con ternura
y llevó siempre en el bolsillo de su corazón.
Al verlo entre sus brazos,
después de aquella pasión,
sintió la alegría de un valls
en su henchido corazón:
bailar en un lago de cisnes
con nenúfares en su interior