MI NENA EN PRIMAVERA
En la primavera, la libido
sube la ladera, ayudada
por el viento y toca la ventana
de mi adorable nena.
Por eso, ella
Se engalana, como una iglesia
para recibir a los novios,
se viste de seda, galante
como si se tratase de una estrella
Sale a la puerta, camina por la calle
solitaria, como una era cuando no hay ciega
esbelta, como el álamo de la ribera
radiante como una perla.
Las ventanas sigilosas se entreabren
los ojos vigilan como las luciérnagas por la noche
mi nena se bambolea como abanicos en la feria
causando admiración entre los hombres
cuando cruza la alameda.
Pero es mi nena la que me come a besos
como se come las fresas en primavera;
la que me acaricia como acaricia el aire
sus cabellos de fina seda.
La que acelera la circulación
de mi cuerpo, como se acelera la mar
cuando viene la marea.
La que conquista mi corazón, sin peleas
sin desafíos, con besos de tuerca
abrazos de gigante y susurros
como las flores susurran
a la primavera.
Sonríe conmigo en los bares
y el resto del mundo nos mira
con ella nunca se acaba el día
y cuando llega la noche
¡Ay! cuando llega la noche
la luna se encela
de vernos tan acaramelados
tan juntos como el trigo en los trigales
O los juncos en los humedales.
Las lágrimas de felicidad
corren a raudales por los secos pastos
no existe el miedo, ni el silencio
porque nuestro amor es tan fuerte
como los Andes.
Cuando descansamos sobre la almohada
los luceros te cantan, cantos celestiales
que se confunden con tus quejidos
del amor que envuelve
tu corazón arrítmico.