TRABAJO DE MI PADRE
Recuerdo aquellas mañanas frías
donde el cigarrillo
era tu alimento
para esa tos perruna
que te salía de dentro
Aparejando la mula
con mucho sentimiento
otro día tocaba tirar
del pesado azadón
que airea la tierra
con tu lamento,
Manos agrietadas
como las rocas
del tiempo
sufres como ellas
las inclemencias del tiempo.
Espalda curva
¿no oyes al lucero?
de dejarte la piel
en cada palmo,
en cada ceporro
que diste vida
con tu sudor maltrecho.
Pulmones carbonizados
de aspirar humos malignos
de ramas que lloraban su tragedia.
Las mismas ramas
que cuidabas por el día
por las noches
dándoles el líquido elemento
para que su sabia corriese
¿y tú? esperabas el agua
tendido entre sus madres
hasta que el chorro
te despertase, de tu letargo amoroso
¡Padre! moriste deshecho,
entre algodones, con espinas,
maltrechas tus heridas
pero muy querido
y eso te llevaste dentro.