MELANCÓLICOS 46 : AÑORANZA
Añoro tus risas
tus abrazos y tu serenidad
como brisa suave acariciando mi alma en soledad.
Eres mi sol
en el cielo de mis días turbios,
la estrella
que guía mis pasos en la oscuridad.
En cada suspiro
en cada latido de mi corazón
resuena tu nombre
como eco en la montaña
recordando que fuiste mi razón de amar,
mi refugio en la tormenta,
mi eterna esperanza.
Que vuelva a brillar tu luz
sobre mi sendero, que regreses
cual aurora a iluminar mi cielo
pues sin ti, mi vida
es un mar sin rumbo ni vela
un jardín marchito que anhela florecer de nuevo.
Regresa a mí,
¡Oh fuente de mi felicidad perdida!
como el sol que retorna
tras la noche más fría.
Y juntos, enlazados
por un destino compartido
brillemos con fuerza
en esta danza de la vida.