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LA TENTACIÓN



 LA TENTACIÓN


Eres mi aurora, 

la bendición de mis días

recorriendo un camino de ensayos

hechos poesía.


Me guiaste por la senda del pecado

soy un rumor, una estela en tus días,

un surco, una carroza de alegría;

una zozobra guiada por mares de lujuria


Soy el perfume de tu tentación

fabricado con corales de fantasía,

oliendo a manjares exquisitos

de viandas no comidas.


Un lecho en los altares de tu gloria,

un torbellino en una sacristía,

un alma glorificada 

de tu gracia divina.


Los tentáculos de un pulpo

en el mar de las sirenas

bailando silenciosos, en armonía,

en una garganta desgarrada,

afónica, de gritar ¡eres mía!.


El diablo disfrazado de ángel

en una calle maléfica que seduce a la noche,

unas mujeres danzando entre cristales

¿Qué más se puede decir alma mía?.



AQUELLAS TARDES DE VERANO


 


AQUELLAS TARDES DE VERANO


Aquel fresquito de la tarde

caprichosa y exquisita sombra,

huéspedes en la casa,

chicharras del verano


Las extrañas fotos revelan los recuerdos,

sobres vacíos llenos de imágenes

que ya no existen, partieron

hacia crepúsculos negros

en un tren de sueños.


Una nevada de calor,

un sustento de carbón,

un vino blanco en un cajón,

una charla improvisada.


En un lugar idílico

con la vigilancia del chirimoyo,

risueño, de ver aquella escena

de unión, 

como se aparean las palomas 

con su arrullo.


¡Cómo ha cambiado el tiempo!,

no hay cine ni cajón

ni charlas, ni reuniones

estanterías rotas en un rincón

desoladas de tanta soledad

frías de inanición,

corbatas colgadas en el salón.


El velo de los ojos

cayó en aquel acto donde acabó la función,

una noche de verano u otoño tal vez

donde los rayos del sol cayeron por última vez.


AMADA


 


AMADA


Tu cara de piedras preciosas,

ojos de pétalos en primavera,

nariz roma sin picardía.

volcán en erupción continua.


Sangre de luz en mi herida,

manotazo senil en mi pecho,

derramando mi alma pertrecha 

Soy caña frágil y tú tallo fuerte. 


Flor del campo, 

varita mágica de mis sentidos 

enganchados a tu cuerpo

tan bonito, tan señorial,

como los palacios renacentistas


Anhelo de mis benditos labios,

ilusión de mis deseos,

caminando por las veredas 

pecaminosas de tus piernas.


Soy tus ojos caminando en la sombra,

tus oídos en la cañada del eco,

tu guía por la senda de la lujuria,

tus manos agitándose sobre mi cuerpo.


Eres mi mar, mi vida,

mariposa llena de melancolía,

casa de azucenas y violetas

llenas mis días de carantoñas y alegrías.


Mi corazón arde 

como una brasa en un brasero,

mis sueños en los acantilados 

de tu amor están muertos


Hay una lámpara en mi frente,

un lirio en la tuya,

verte conmigo quisiera

hasta el final de la vida.


DORMIR CONMIGO


 


DORMIR CONMIGO


Tú duermes conmigo

sobre mi almohada,

en mi ombligo;

una poesía en mi mente

paseando por la colina

del amor y del delirio.


Mi pena es un anochecer

sin estar contigo,

sin tu querer, sin tu arrullo

paloma mía, vente conmigo

al mar del sueño, en una barca

de amapolas y de quejíos.


Quiero, amapola mía,

que me beses los pies

las rodillas, los muslos

mi vientre enfurecido.


Una lucha titánica quisiera contigo,

amándote como se aman los vientos

los lunares, tus labios y los míos

caracoles de casas sedientas de rocío.


Como la piedra es inmortal

y mi amor imperecedero

quiero ser tu árbol, tu escarcha,

bañarte con mi locura

y secarte con pañuelos blancos

al final de una jornada de escalofríos.


Como mis muslos son tuyos

y los tuyos son míos,

quiero ser una amapola

un mar de sal, una laguna rosa

un tejido de terciopelo 

en tu alma escondido.


Llenarte tus labios de besos,

tu corazón de rocío,

un mar de sueño

en una noche sombría.


Quiero que me montes

como una amazona,

me sonrías, me envuelvas 

con guirnaldas de amor todas las noches

como en navidad se decoran los árboles,

aunque sientan frío.


AUNQUE NO TE LO DIGA

 



AUNQUE NO TE LO DIGA


Aunque no te lo diga

siempre he soñado  con tu nombre, 

voy en mi monte de dicha,

de olivos secretos

algarrobos milenarios,

en mi mundo de fantasía.


Subo sobre tus escaleras de algodón,

hasta tu cielo;

vuelo junto a un campo de girasoles

dormitando en la noche

con susurros suaves, en mi mente.


Esperando que bajes

como mis ángeles bajan de tu pecho.


Anhelante, voy clavando mis ojos

en aquel lienzo, brillante,

donde pinté la primavera de tu vida

tan linda, recorriendo tu cuerpo

con mi visión de  lucero,

brillando como tu estela,

dinamitando mi firmamento.


El verso es mi consuelo,

mi amigo, resetea mis sueños,

alaba mi dicha y corre

como los pájaros con sus alas de acero.


Escribiendo mis silencios, 

lo que no te digo se queda en mi tintero, 

de tinta azul como los colores 

de tu falda de terciopelo.


Las flores resplandecen

sobre la estela de un jabalí

huyendo de nuestros secretos,

soles encendidos,

lunas apagadas,

manos de princesa,

reducto de reyes.


Aunque no te lo diga,

eres la sombra de un tesoro, 

tu cuerpo anémonas en el cielo

donde florece el amor 

en el paraíso 

que forjamos entre tú y yo.



DEIDADES 2


 


DEIDADES 2


Amor y desconsuelo

como una guitarra con un violonchelo,

una ola en un desierto de hielo

o un viento en el fondo de un océano.


Cariño y duelo

como se quieren dos amantes

en secreto, en un jardín de invierno;

un alud en un monte de ébano

con pinos cubiertos,  llorando 

por no salvar su ego.


Tedio y consuelo

como un matrimonio

en una cama en silencio

o una avispa que no encuentra 

la flor con su polen deshecho.


Subir y bajar

Como subo por tu vientre de marfil, 

con escarpias en el pelo

mi ego desconsolado buscando 

un hueco donde morir ahogado

en un lago de tu cuerpo.




PASEOS POR MI MENTE


 


PASEOS POR MI MENTE


Recorrer la orilla del mar azul, 

por aquel paraje

semi desértico con cactus y grasas 

que necesitaban poca agua 

formaba parte de mi devenir diario.


Podía contemplar las lenguas 

de las olas señoriales, 

las gaviotas buceando 

como los submarinos en los mares

el atardecer dorado de la bahía.


Una adelfa rosácea me saludaba 

gentilmente a mí paso 

quién se iba a creer esto 

antes de verte, de buscarte 

era un gorrión en celo 

en busca de mi pasado 


Una nube que pasaba por la ilusión 

que entre tú y yo habíamos forjado

pétalos de rosa, nidos rosáceos 

escarchas en las manos 

mientras caminaba 

por las calles de antaño.


Seguí, 


Era un águila tozuda 

buscando su presa 

en un valle sin animales 

así eran mis sentimientos hoy,

vacíos, como los bolsillos 

de un mileurista, 

un musgo helado 

en el campanario de la iglesia

Una vela que no se enciende 

en una habitación oscura.


Vagar y vagar la mente

Destruir neuronas, comerme el aliento 

como un ahogado en un desierto de amor

Mirar y no verte y cuando te encontraba 

estabas ausente como el viejo puente 

que se llevó el río y ha desaparecido.