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MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO


 


MELANCÓLICOS 14 : AQUÍ YAZGO SOLO


Aquí yazgo solo, entre tinieblas

entre humedades y rastrojos

sobre manantiales secos y frescos

bajo los floridos almendros.


Mi vida ha sido rayo, volé como el viento

cabalgué sobre caminos sagrados, 

crucé el destierro de los desheredados 

de la tierra, oyendo sus gritos lastimeros.


Sacrifiqué mis días de frescura, cuando 

las fiestas duraban días y las preocupaciones

estaban exentas de pasar por caja, eran porciones

del tiempo de algarabía y oleaje tenso.


Anduve por la ciudad deprimida, asfixiada

de humos, con dolor en la cabeza de los ruidos,

estresado, el tiempo era un avión de combate

rompiendo la barrera del sonido.


Intenté ser semilla, en vez de páramo

vida nueva en vez de fracaso exonerado,

de bailar en las barras de los bares

no ser rata de cloaca, ni saliva envenenada.


Amé como aman los pájaros su libertad

como el río su valle, como la montaña a la nieve

como el amante a la amada, como el fresco al verano

radiante de felicidad que vivíamos antaño.


Me quedé sin vista, sin gusto, sin olfato

fui perdiendo los sentidos de la vida

la belleza del alma, el amor del corazón

incluso la pena y la angustia.


La claridad se volvió neblina

el amor sarcasmo

la rutina era mi aliada

mejor estar aquí donde yazgo

junto con mis hermanos del pasado.




MELANCÓLICOS 13 : EN LOS ECOS DE LA NOCHE

 




MELANCÓLICOS 13 :  EN LOS ECOS DE LA NOCHE


En los ecos de la noche, 

van envueltos mis pensamientos

girando sobre la luna, como una bruja

con su escoba de oro de Capadocia.


Hay en mi luz un resplandor de sentimiento frío,

un corazón cautivo, un suspiro que llama

a la tristeza, un amor entrelazado a los susurros

palpitantes de la vida, de ostracismo, de grano de arena.


¡Vete! demonio del desapego, necesito olvidarte,

echarte de mi sangre, veneno que la muerte traes

a mi escalera, súbitamente, como las nubes 

tapan el sol de la tierra y en penumbra la dejan.


No juegues conmigo capricho de la maldad,

penumbra de mi alma cariacontecida;

¿adónde vas solitaria y sin guía?,

acaso pretendes acabar con el silente cielo

que me alberga.


¡Oh!, luz de fuego, quimera de mi ocaso; 

te maldigo, eres un maremoto en mi cuerpo,

las alegres amapolas del jardín lloran mi hastío,

enigma infinito de la creación eres, cloaca

de los sentimientos, un dolor derramando tormentos.


Soledad, vete, quiero luz y alegría serena,

caudal de pétalos en mi cama, noches de Perseidas

en mi corazón sediento de complacencia, en este

sumirme en la locura, a la que me estás sometiendo.



MELANCÓLICOS 12 : EL SENTIMIENTO DE LA SOLEDAD


 

MELANCÓLICOS 12 : EL SENTIMIENTO DE LA SOLEDAD


El sentimiento de soledad es más profundo que el propio hecho.

He olvidado tus huellas, ya no están en mi ventana,

ni en el alféizar; se han ido a vivir al paraíso del sueño,

son melodías inacabadas, cuervo negro que no pica.


Soy velero en un mar de espinas, ocultando mis penas,

mis manos derraman sangre, cada verso, cada letra

que escribo, es un pétalo de rosa enviado con el viento

una carta que nunca llega a su destino, un árbol carcomido.


Eres cigarra sin alas, agitando unas velas derruidas,

tu mirada ya no brilla, está opaca, como la niebla

cuando circula por los muelles, y no se divisan los barcos,

entonces, vuelvo a tomar mis vacíos para llenarlos de aliento, de vida.


Eres un monte que canta sus versos al viento,

una pena desgarrada, un susurro hiriente en la brisa, 

un amor que arde convirtiéndose en cenizas,

pesadillas en la noche oscura de las almas perdidas.


Eres oscuridad sin sol ni vida, un trozo de madera 

a la deriva, una copa de vino con éter, un atardecer

del crepúsculo, una roca curtida del viento que intento

soltar de mi mente, en este mundo de soledades, muerto.

 



MELANCÓLICOS 11 : TE PERDÍ

 


MELANCÓLICOS 11 : TE PERDÍ


Hoy el amor ha venido a llorar a mi lecho,

una nana encubierta de tristeza, 

bajo el manto de mis anhelos

le he cantado,

sombras cayendo sobre mi pecho.


Amor de ida y vuelta, pensamientos 

frustrados yendo al limbo del ocaso;

felicidad yerta en un mundo de valles primaverales,

ahora convertido en cementerios espectrales.


Te perdí como los árboles a sus hojas en otoño,

como la hojarasca volando con el viento

circula a otros lares, a ninguna parte;

ahora sueño con cometas dibujando 

tu nombre en los cristales.


Te he imaginado configurando tu figura

en las tinieblas, rompiendo cadenas

ser corazón libre, liberarme de esta condena

acotando mi tristeza, no quiero en mis pies

más sangre con espinas.


No vuelvas, ¿Dónde fuiste?

me dejaste helado, sin vida

alma errante en un paraíso sin luna

tengo el alma gris como el mar 

cuando lo azota la tormenta.


Pusiste cerrojo al camino, 

Hoy quieres abrirlo

La llave se fue contigo

Se convirtió en lamento.


Hoy, tu lago es una mancha azul en el horizonte

no brilla como antaño, está de paso

y mis manos espumaderas de 

tu presencia, insinúan, que nuestros 

sueños se perdieron en el camino.


No vuelvas, quédate en tu destino.



MELANCÓLICOS 10 : TE PIENSO EN MIS NOCHES




MELANCÓLICOS 10 : TE PIENSO EN MIS NOCHES


Te pienso en mis noches de insomnio 

vienes como la niebla abrazándome

suavemente, acompañando mi soledad 

apareces súbitamente.


Tras la eclosión de la oscuridad 

busco tu mirada, alargo mi mano 

y no encuentro nada, misterio silencioso 

de sueño desencajado.


Te rozo y no te siento, 

soy una roca insensible 

cuando quiero amarte y estás ausente, 

mis oídos no te oyen, mis lágrimas 

se marchan con tu ausencia.


Eres un bálsamo de humo, 

una ciudad desierta, transitando 

por veredas celestiales, 

fuera de mi alcance, 

estupor en mi cuerpo.


No quiero zozobrar en este mar 

de pájaros de arena, en este invierno largo 

como una cordillera, astillas de árbol, 

madera muerta.


Sé tú, mi amor, la que volando vengas, 

seré tu carro volador, tú tren sin raíles;

y cuando un náufrago veas entre la niebla 

habrás hallado al que más te desea.




 




 


MELANCOLICOS 9 : RETAZOS DE TU VIDA


MELANCOLICOS 9 : RETAZOS DE TU VIDA


Soy retazos de tu vida

sueños que se entrelazan, 

olvidos que perdurando, 

van dañando la esencia de mi ser.


Quiero ser bondadosamente el germen 

de tu bondad, caramelizada con miel, 

ser tu divinidad, la  paz de tu alma, 

el sosiego de tu cañada.


Las lenguas de humo 

han recorrido mi cuerpo desnudo, 

he sudado tinta en un barrio desapercibido, 

he conocido la ingenuidad de la hierba,

las cruces del camino.


Niños harapientos de mirada huidiza, 

corazones sedientos de agua no bebida, 

secretos de alcobas del renacimiento, 

amores compartidos pero no vividos

siempre aposté por la moralidad de la hormiga 

y el trabajo del campesino, el minero llorando en la mina.


Los huracanes enfureciendo mi vida, 

son melodía de muerte, en el ocaso 

de la tormenta del músico, 

en la estación del metro. Soy así vida..


Una esperanza volumétricamente imposible 

en el caos del universo interno de la mente, 

sedienta de amores que no hieran.


Siempre las mismas notas, 

los mismos recuerdos, 

sofocante calor, frío invierno.


Árboles desnudos y árboles vivos 

con su capa de primavera y su colorido de feria.


Quiero ser viento llevarme los nubarrones negros, 

vaciando el agua que limpie 

los peajes de mi autopista 

y aparezca ante mí, 

la luz esplendorosa de la vida.



 

MELANCÓLICOS 8 : VIENES Y CAES

 




MELANCÓLICOS 8 : VIENES Y CAES


Cuerpo de mujer alado y bendecido

vuelves y caes en el abismo 

de mis vértigos. Huracán profundo navegando 

por tu cuerpo, alboroto, susurros, gemidos, silencio. 


Silencio de la desnudez del alma, 

de ventiscas entrando en tus ventanas 

entreabiertas, son lágrimas en el cielo 

y felicidad en la tierra. 


Furia soy y tú manantial sereno,

oquedad de mi mente, 

recuerdos del tiempo efímero, son tus besos,

Yo, un fantasma piropeando, deambulando 

por mis sueños.


Besos en la exquisitez de la noche oscura, 

ardo entre dos rocas vacías 

y lleno los espacios con tu sombra;

se balancea, entonces aparece el mutismo, 

el desconcierto y yo batiéndome 

en retirada, lucho contra los gigantes acorazados


Una lágrima rueda por mi mejilla 

tú me consuelas con tu brisa funesta, 

soy otoño  mustio , un encanto sin magia, 

una delicadeza no escrita.


Se desmorona mi frente longeva, 

fin del mundo de una ancianidad parda, 

como los montículos del prado que habitas 


un giro de cuello viendo llegar caballos del cielo, 

entonces noto, que tú cabalgas en ellos. 

Eres un tormento, un rosal con lanzas, 

un búho ciego, una canción olvidada, 

un maremoto en la luna


Eres un galgo famélico, 

transparente como yo, 

figura de los sainetes, de las sátiras, 

epopeya reluciente.


Cuando bajo a ti, sirena del desierto, 

todo acaba, la soledad lastimera del alma, 

volando marcha, en bajeles de esperanza.