POEMAS DE IMÁGENES, MI PUEBLO, GENERALES, DESAMOR, POEMAS CORTOS. MUNDO POESÍA

MARCHITO







 MARCHITO


Te duermes a mi lado igual que un fardo

no hay tentación, ni besos, ni abrazos

la noche se ríe de nosotros

y la ternura huye despavorida.


Somos como las hojas 

que caen en otoño, amarillentas

a veces, rojizas, melancólicas

como nuestro amor.


La llama apagándose lentamente

como los bosques de verdes 

pasan a ser como minas de bronce

en el horizonte.


Nuestro romance adolescente

perduró a lo largo del tiempo

pero se marchitó como la nieve

con el viento, o los rosales en invierno.


Como una tormenta 

destrozando el relieve

como flores durmientes

sobre el ocaso de los dioses

así se marchó nuestro amor

como se marcha la vida

la paz, la guerra y la cama de hojas

de un bosque.


Ya no hierve la sangre

no se estremece el vientre

somos pasajeros del tiempo

como las lágrimas de las nubes

cuando riegan nuestros cuerpos.


Las baladas sensuales

se acabaron, se convirtieron

en misa fúnebre que deambula

por los montes de nuestros cuerpos

silente, en soledad

y sólo permanecen los recuerdos






AMOR LATENTE

 




AMOR LATENTE


La luna se refleja en tu cara

de seda y nácar,

los pájaros revolotean ante tanta belleza

como si una diosa del Olimpo fueras.


Los árboles se agitan al verte

como lo hace una pastilla efervescente

o tus delicados cabellos con tirabuzones

de color oro, trigueños.


El lago quería ofrecerte su cama

la luna cederte el puesto

y los luceros cantarte una nana

con una guitarra de flamenco.


Mi amor del alma

quisiera chocar contra los muros de tu cuerpo

saltar sobre el aire que te acaricia

y así aliviar mi lamento

por no tenerte dentro


SUEÑOS


 



SUEÑOS


Quiero viajar en mis poemas

ser tu barco de amor

en una playa desierta

borracho de luz y de sol.


Ser un recuerdo dorado

no quiero molestar tu cabeza de abedul

ni tus ojos de avellano

quiero ser una fuente y tu

seas mi cántaro.


Acariciar tu espléndido torso

de azucenas  vivas

y los  increíbles resplandores 

de tus tersos y prominentes versos

que salen de tus pechos de vida.


Voy por caminos de palabras sensuales

que salen del vergel de tu boca

por esas ramas que rezuman vida

levitando voy como un orgasmo

en una habitación escondida.


Con un colchón de pétalos de jazmines.

quiero descansar contigo 

en un mar seguro

donde la luz se ría de la brisa

y tu belleza del arcoíris.


Soy brasa encendida en tu lecho

el rescoldo de una dicha suprema

la voluntad divina de dios

en la tierra.



LOS SENTIDOS


 



LOS SENTIDOS


Efervescencia divina que me ilumina

como el volcán dora la montaña

y crea autopistas de lava por su cuerpo

arrasando las milenarias grasas

las indefensas casas y oprime al mar

con su calor, con su lengua maldita.


Así es mi poesía, estallidos de los sentidos

los oídos perciben los sonidos

el canto del gallo, el rugido de las olas

las sinfonías del alma, la reverberación 

de las grutas milenarias

los quejidos de tu cuerpo 

mientras me amas.


Mi hueca nariz y su pituitaria amarilla

perciben las fragancias más exquisitas

la de las rojas rosas, las blancas margaritas

los diademas de jazmines de los azahares

de los almendros y limoneros, los lirios

las violetas, mezclados con el olor

a perfume francés de tu cuerpo 

cuando me excitas.


En la laguna de mi boca, ¡ay!

cuantas sensaciones fusionadas

de tus jugos y los míos 

el sabor ácido de tus cuevas más profundas

con el dulzor del pastel de tus besos

y la sed que me sacias 

cuando me dices te quiero.


Con los lunares del cielo alumbrando

tu delicioso cuerpo de ola, guitarra

o pastel de chocolate al punto

percibo tu elegancia como los luceros

tu altivez, como el sol con los colores 

rosáceos del horizonte en su ocaso;

tu cuerpo que me lleva por sendas 

de perdición y consuelo.


Con mi piel, ¡ay con mi piel!

estremecimientos, fríos

vaivenes, deseos, la fusión

de lo celestial y lo divino

en un solo cuerpo.


PASEANDO POR MI PUEBLO






PASEANDO  POR MI PUEBLO


Dolientes campanas habitando mi alma, 

mi corazón en la barbería del centro del pueblo

junto al bar de la plaza 

donde brota la fuente 

y enfrente el ayuntamiento

con su portada dieciochesca. 


La calle tiembla 

el macetero se regocija a mí paso, 

María, la chismosa, abriendo la puerta 

con sus ojos como soles, abiertos 

para no perderse un detalle

de cuánto acontece en la calle.


Más abajo la puerta de la iglesia

tan antigua, tan vieja

el tiempo la ha defenestrado 

siente frío por sus rajas 

y las polillas habitan en sus entrañas.


Frente a la iglesia, el quiosco,

como una fonda donde el cuerpo

se resguarda del frío en el invierno.

sus paredes de madera 

son el periódico del pueblo 

todas las noticias pasan por sus huesos.


Paseando por cuatro vientos

los abuelos sentados en los asientos 

alimentando con el sol sus viejos huesos.


Cuentan historias de presos, de estraperlo, 

tabaco de Gibraltar y por eso 

le llaman Gibraltar el chico

una vida dura cuando no había vida

un trabajo perseguido 

por la luna y las estrellas 

que vigilan a los estraperlistas

con fusiles en mano.


El miedo duerme en la cama de los muertos. 

Los carabineros disparan a los nuestros 

aparecen los cuervos negros.


Cerca, en el muro frente al quiosco, 

los jóvenes sentados

con sueños de libertad, 

esperando  otra vida

no con fusiles, con flores

donde el viento sople

el sol caliente

las campanas repiquen con alegría 

y el sol salga sonriendo 

cuando aparezca un nuevo día.




 

TIERRA DE MI VALLE



 


TIERRA DE MI VALLE


Tierra de mi valle, 

tierra oscura

sin agua, dura 

cómo duros son los jornaleros 

que te cultivan.


Tierra ondulada 

por lomas y cañadas

eres un vaivén de olas 

en el espacio encerradas.


Rica y pobre, 

rica de limoneros, aguacates y mangos

pobre  de vides, algarrobos y almendros

pobres los hombres 

que te cultivan con el sudor 

de su vida

y el aliento de su cuerpo.


Tierra benévola en primavera

cuando pares alfombras de amapolas, 

y las vides crecen dando color 

a los camaleones


Florecen los almendros 

con sus paraguas blancos

adornando los espacios 

con el contraste del rojo y el blanco 


Tierra de fango, cuando llueve

cómo fangosa es la vida 

de los hombres 

que por ti mueren.


 

TRABAJO DE MI PADRE


 


TRABAJO DE MI PADRE


Recuerdo aquellas mañanas frías

donde el cigarrillo 

era tu alimento

para esa tos perruna 

que te salía de dentro


Aparejando la mula 

con mucho sentimiento

otro día tocaba tirar 

del pesado azadón

que airea la tierra 

con tu lamento,


Manos agrietadas

como las rocas

del tiempo 

sufres como ellas 

las inclemencias del tiempo.


Espalda curva

¿no oyes al lucero?

de dejarte la piel

en cada palmo,

en cada ceporro

que diste vida

con tu sudor maltrecho.


Pulmones carbonizados

de aspirar humos malignos

de ramas que lloraban su tragedia.


Las mismas ramas 

que cuidabas por el día 

por las noches

dándoles el líquido elemento

para que su sabia corriese


¿y tú? esperabas el agua

tendido entre sus madres

hasta que el chorro 

te despertase, de tu letargo amoroso


¡Padre! moriste deshecho,

entre algodones, con espinas,

maltrechas tus heridas

pero muy querido

y eso te llevaste dentro.